Lidiar con la depresión es muy difícil, y puede sentirse incluso peor si lo atraviesas por tu cuenta. Contarle a alguien lo que atraviesas podría ayudarte a sentirte mejor. Quizás sientas nervios, así que escoge a una persona de confianza. Planifica lo que dirás con anticipación para sentirte con más seguridad. Cuando estés listo para hablar, ten una conversación abierta y sincera. Después de la conversación, busca fuentes adicionales de apoyo y ten paciencia contigo mientras trabajas para sentirte mejor.

Método 1
Método 1 de 3:
Asegurarte de estar listo para hablar

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    Conoce las señales de advertencia de la depresión. Todas las personas sienten tristeza de vez en cuando. Sin embargo, puede ser una señal de algo más profundo si la experimentas por un tiempo. Si te has sentido mal por más de dos semanas, es posible que estés deprimido. La depresión es muy común, y se puede manejar. Sin embargo, primero tienes que pensar si tienes algunos de estos síntomas comunes:[1]
    • sensación de tristeza o desesperanza
    • pérdida de interés en las cosas que disfrutas
    • sensación de soledad
    • cambios en los hábitos de alimentación y sueño
    • sensación de cansancio sin un motivo claro
    • problemas de concentración
    • pensamientos de herirte o suicidarte

    Si has tenido pensamientos de autolesión, llama a alguien para hablar de inmediato. En Estados Unidos, llama a la Línea Nacional de Prevención del Suicidio al 1-800-273-8255 o envía el mensaje de texto CONNECT al 741741 si sientes que hablar por teléfono es muy difícil. Si vives en otro país, visita http://ibpf.org/resource/list-international-suicide-hotlines para encontrar el número al que puedas llamar.

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    Date permiso para procesar tus emociones. Si experimentas síntomas de depresión, significa que atraviesas momentos difíciles. Recuerda que está bien sentir cualquiera sea la emoción que atravieses. Si estás triste, date permiso para estar triste. Sin embargo, comprende que es importante buscar ayuda. Comienza a pensar qué te haría sentir mejor.
    • Compartir tu historia con alguien posiblemente te ayude a sentirte menos solo. Date una charla de ánimo y recuerda que está bien pedir ayuda.
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    Planifica lo que dirás. Quizás sientas nervios por contarle a alguien sobre tus dificultades. ¡Eso es normal! Quizás te sientas más tranquilo si planificas lo que dirás con anticipación. Escríbelo para organizar tus pensamientos.[2]
    • Puedes anotar puntos principales como "asustado", "triste", "conmovido", o escribir lo que quieres decir palabra por palabra.
    • Por más que no quieras escribirlo todo, escoge una línea de apertura. Esto puede ser "He experimentado dificultades últimamente y creo que sufro depresión. Me gustaría hablar contigo si estás de acuerdo".
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    Escoge a una persona de confianza para hablar. La depresión es algo muy personal, así que no sientas que tienes que compartirlo con todos. Sin embargo, probablemente te sientas mejor si confías en alguien comprensivo. Comienza por escoger una persona para hablar. Debe ser alguien de confianza, que no te critique y que sea buen oyente.[3]
    • Si eres joven, puedes hablar con tus padres. En este caso, ¡está bien que sean dos personas! También puedes escoger a uno de los dos para comenzar.
    • Si tienes una relación, quizás sea una buena idea decirle a tu pareja para que te apoye.
    • Cualquier persona de confianza será una buena elección. Puede ser un familiar, un amigo, un mentor, un entrenador, un profesor e incluso tu médico.
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Método 2
Método 2 de 3:
Tener una conversación positiva

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    Comienza por preguntarle a la persona si tiene tiempo para hablar. Comienza la conversación al asegurarte de que sea un buen momento para la otra persona. Puedes decir algo así como "¿Tienes tiempo para hablar un rato?". Si dice que no es un buen momento, pregúntale cuándo podría hablar.[4]
    • También puedes acordar el momento con anticipación para saber que la otra persona estará disponible.
    • Evita los horarios muy ocupados, como cuando tus padres preparan la cena o tu pareja se prepara para ir al trabajo.
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    Escoge un lugar donde te sientas cómodo. Una vez que estés listo para hablar, escoge un lugar donde te sientas en calma. Puede ser una sala de tu casa o tu cafetería favorita. Pídele a tu persona de confianza que se reúnan allí.[5]
    • Puedes decir: "¿Podrías venir a mi habitación para que hablemos un rato?". También puedes decir: "Quiero decirte algo. ¿Podemos encontrarnos en la cafetería de la esquina?".
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    Usa una referencia de la cultura popular si sientes nervios por mencionar el tema. Hablar de depresión podría ser incómodo al principio. Una buena forma de romper el hielo es mencionar una referencia de la cultura popular que la otra persona comprenda. Puedes mencionar a un personaje de un libro o una película que lidie con la depresión u otro problema emocional difícil.[6]
    • Por ejemplo, puedes decir "¿Recuerdas cuando vimos juntos 'Tiempo de volver'? He estado atravesando algo similar".
    • Si ambos son fanáticos de Harry Potter, puedes comenzar diciendo "¿Recuerdas cómo se siente Harry cuando los dementores están cerca? He estado sintiendo emociones similares últimamente".
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    Describe cómo se siente la depresión para ti. Una vez que abras la conversación, infórmale a la otra persona qué es exactamente lo que atraviesas. La depresión es distinta para todos, así que ayúdala a comprender tu situación única al describir tus sentimientos.[7]
    • Puedes decir "Simplemente estoy exhausto. Me resulta difícil incluso encontrar la energía para levantarme de la cama por la mañana".
    • Quizás también puedas describir otros sentimientos. Puedes decir "Me siento triste todo el tiempo. Ya no logro reírme con mis programas de televisión favoritos".
    • Dar ejemplos específicos ayudará a la persona a comprender lo que atraviesas.
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    Prepárate para responder preguntas. La persona posiblemente quiera saber más de tu situación. Si comienza a hacerte muchas preguntas, recuerda que solo intenta entender lo que atraviesas. Quizás te pida otros ejemplos de cómo te sientes o por cuánto tiempo has experimentado estos sentimientos.[8]
    • Quizás te pregunte cómo puede ayudarte. Sé claro con respecto a tus necesidades. Por ejemplo, puedes decir "Quizás podamos encontrarnos cada semana para dar una caminata larga. Eso me ayudaría a tener algo que esperar".
    • Si te hace una pregunta demasiado personal, puedes decir "Realmente no quiero hablar de eso. Gracias por comprender".
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Método 3
Método 3 de 3:
Obtener el apoyo que necesitas

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    Haz un seguimiento con la persona y permite que te ayude. Mantente en contacto con la persona de confianza después de hablar. Probablemente le preocupes y quiera saber que estás bien. No es necesario que sigas hablando de la depresión si no lo deseas, pero un mensaje de texto simple que diga "Hoy estoy bien" mantendrá abiertas las líneas de comunicación.[9]
    • Con suerte, te apoyará. Si te ofrece ayuda, permite que lo haga. Incluso reunirse para mirar una película divertida puede ayudarte a sentirte un poco mejor.
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    Escoge a otra persona para hablar si te sientes listo. Ahora que has roto el hielo, quizás quieras hablar con alguien más. Cuantas más personas comprensivas tengas en tu vida, mejor. Sin embargo, no te sientas presionado por contarles a todos. No es necesario que compartas tus asuntos personales con todas las personas de tu vida.[10]
    • La próxima persona puede ser cualquiera que quieras, como un familiar, un amigo de confianza, un profesor o un entrenador.
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    Sigue con otra persona si la charla no ha salido bien. Quizás sientas molestia si la conversación no sale como esperas. Eso es normal. Si la persona no te ha apoyado o te ha criticado, es un reflejo de ella, no de ti. Tómate unos días para sanar y vuelve a intentar con otra persona.
    • Escoge a alguien más y ten la esperanza de que será más comprensivo.
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    Busca ayuda profesional si necesitas apoyo adicional. No es necesario que atravieses esto solo. Existen muchos recursos disponibles. Considera la posibilidad de hacer terapia. Un profesional de la salud mental puede ayudarte a aprender mecanismos de afrontamiento.[11]
    • También puedes llamar a una línea de ayuda, como la Alianza Nacional sobre Enfermedades Mentales (NAMI, por sus siglas en inglés). Puedes ponerte en contacto al 1-800-950-NAMI.[12] Si vives en otro país, haz una búsqueda en internet para conocer los recursos disponibles.
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Consejos

  • Solo tienes que compartir la información con la que te sientas cómodo.
  • Un amigo comprensivo podría ser una buena opción como primera persona con quien hablar.
  • Recuerda ser amable contigo mismo. Atraviesas una situación difícil.
  • Haz elecciones saludables de tu estilo de vida. Cuidarte puede ser difícil si lidias con la depresión. Sin embargo, tomar buenas decisiones puede ayudarte a sentirte mejor. Asegúrate de comer de forma saludable y dormir lo suficiente.
  • También es útil hacer ejercicio de manera regular. Incluso una caminata diaria puede ser beneficiosa.[13]
  • Ocúpate de tu higiene personal. Quizás se sienta difícil, pero toma una ducha y cámbiate el piyama todos los días.
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Advertencias

  • Llama al servicio de emergencias si tienes pensamientos de autolesión. Alguien estará disponible para ayudarte.
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  1. http://justtellone.org/depression/
  2. Rebecca Ward, LMFT, SEP, PCC, MA. Terapeuta licenciada. Entrevista a especialista. 29 de mayo de 2020.
  3. https://www.nami.org/Find-Support/NAMI-HelpLine/Top-25-HelpLine-Resources
  4. Rebecca Ward, LMFT, SEP, PCC, MA. Terapeuta licenciada. Entrevista a especialista. 29 de mayo de 2020.

Acerca de este wikiHow

Rebecca Ward, LMFT, SEP, PCC, MA
Coescrito por:
Terapeuta licenciada
Este artículo fue coescrito por Rebecca Ward, LMFT, SEP, PCC, MA. Rebecca A. Ward es la fundadora de Iris Institute, una empresa con sede en San Francisco, California, que emplea experiencia somática para enseñar a personas y grupos las habilidades para autorregularse utilizando intervenciones en varias modalidades, incluyendo su propio método Original Blueprint®. La Sra. Ward se especializa en el tratamiento del estrés, la ansiedad, la depresión y los traumas junto con del coaching ejecutivo para el desarrollo del liderazgo. Ella es una terapeuta licenciada en matrimonio y familia (LMFT), una practicante de Somatic Experiencing® (SEP), y es una coach profesional certificada (PCC) acreditada por la Federación Internacional de Coaching (ICF, por sus siglas en inglés). Rebecca tiene una maestría en Asesoría Clínica en Salud Mental otorgada por la Universidad Marymount y una maestría en Liderazgo Organizacional otorgada por la Universidad George Washington. Este artículo ha sido visto 2148 veces.
Categorías: Depresión
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