Hervir la langosta es la forma más popular y simple de prepararla. Aunque comenzó como la comida de un hombre pobre a comienzos del siglo XIX, la opinión pública ha cambiado a través de los años y ahora la langosta es un platillo preciado alrededor del mundo, especialmente en el noroeste de Estados Unidos.

Ingredientes

  • 4 langostas vivas de 680 g (1 ½ libra)
  • 12 cucharadas (180 ml) de sal de mar por 4 litros (1 galón) de agua
  • 2/3 de taza de mantequilla derretida
  • 1 limón

Parte 1
Parte 1 de 2:
Cocinar la langosta

  1. 1
    Compra 4 langostas vivas en un supermercado local. Pregúntales a los empleados de dónde provienen las langostas. Si la tienda está muy cerca de la fuente de extracción, probablemente estén un poco más frescas. De lo contrario, la ubicación no será tan relevante. Envuélvelas en un periódico húmedo (pero no mojado). Luego, guárdalas en un recipiente o una bolsa con un paquete de gel congelado. Después, colócalas en el estante inferior del refrigerador para evitar la contaminación cruzada durante un máximo de 36 a 48 horas.[1]
    • Las garras de las langostas deben estar limpias y sin rasguños.
    • Deja las bandas elásticas en sus garras hasta que las sumerjas en agua, ya que son fuertes y podrían lastimarte.
    • Recuerda que cuanto más lejos se encuentre la fuente de extracción de langostas con respecto al supermercado, menos efecto tendrá la distancia en su calidad.
  2. 2
    Llena una olla sopera de 23 litros (6 galones) con de 15 a 19 litros (4 a 5 galones) de agua. La olla debe tener una capacidad de aproximadamente 3 a 4 kilos (6 a 8 litros) de langosta. Como regla general, es recomendable tener mucho más agua que atestar la olla con demasiada langosta.[2]
  3. 3
    Agrega 12 cucharadas de sal por 4 litros (1 galón) de agua. La sal incrementa el punto de ebullición del agua. Eso significa que el agua adoptará un punto de ebullición más estable del que tendría sin sal, lo cual es ideal para que salgan burbujas.[3]
    • Para obtener mejores resultados, usa la sal de mar.
  4. 4
    Añádele al agua una ramita de tomillo, 2 hojas de laurel y el jugo de un limón. Corta el limón por la mitad y exprime el jugo en un tazón. También puedes comprar jugo de limón de la tienda. Un limón mediano rinde aproximadamente ¼ de taza (60 ml) de jugo de limón. Después, vierte el jugo en la olla sopera junto con los otros ingredientes.[4]
    • Este paso es ideal si prefieres un caldo (carne cocinada con pedazos de vegetales y agua) a una salmuera (carne cocinada en una concentración alta de agua salsa).
    • Si planeas comer langosta con mantequilla derretida, puedes omitir este paso.
  5. 5
    Hierve el agua hasta el punto de ebullición. Llevar el agua a ebullición es cuando el agua no deja de hervir cuando la revuelves. Coloca la olla sobre un elemento y configura la hornilla en el fuego más alto posible. Una vez que notes que el agua burbujee de manera constante, puedes comenzar a agregar las langostas.[5]
    • Siempre mantén el agua en ebullición. De ese modo, te asegurarás de que hierva incluso después de colocar la langosta en la olla, lo cual reducirá la temperatura del agua momentáneamente.
  6. 6
    Sostén las langostas por la cola con las pinzas y colócalas en el agua. Sumérgelas cuidadosamente en el agua, una a la vez, siempre colocándolas primero por la cabeza. Sumérgelas tan rápido como sea posible, pero ten cuidado de no salpicar el agua. Después, sujeta la tapa a la olla y enciende el temporizador.[6]
    • Antes de sumergir la langosta en el agua hirviendo, retírale las bandas elásticas. Toma la langosta por la parte trasera del caparazón (la parte superior de la coraza dura) mientras lo hagas.
    • Sumerge las langostas en una rápida sucesión para asegurarte de que todas tengan el mismo tiempo de cocción.
  7. 7
    Hierve la langosta 8 minutos por cada 450 g (1 libra). Por ejemplo, en el caso de 4 langostas vivas de 680 kilos (1 ½ libras), déjalas en la olla durante 43 a 48 minutos. Usa la imagen de arriba como guía para determinar el tiempo de hervor de la langosta según el peso.[7]
    • Mantén la tapa cerrada ceñidamente a la tapa sin dejar aberturas en el sello.
    • Revuelve lentamente las langostas con las tenazas a la mitad del tiempo de cocción determinado.
  8. 8
    Verifica si las langostas están cocidas después del tiempo de cocción asignado. Notarás que las corazas se volverán de color rojo brillante (la langosta cruda luce de color carbón). Para verificar si las langostas están adecuadamente cocidas por dentro, rompe la zona en la que el caparazón se una con la cola usando unas tijeras. Si está apropiadamente cocida, la carne lucirá opaca y firme.[8]
    • Jala una de las antenas de la langosta. En caso de que la langosta esté completamente cocida, se desprenderá fácilmente.
    • Si notas que la carne luce floja y translúcida, la langosta no estará cocida. Hiérvela durante otros 3 a 5 minutos y luego verifícala nuevamente. Continúa este proceso hasta que esté completamente cocida.
    Anuncio

Parte 2
Parte 2 de 2:
Escurrir y servir la langosta

  1. 1
    Escurre las langostas en un colador. Retíralas del agua usando pinzas y colócalas en un colador colocado con la parte inferior hacia arriba sobre una superficie de trabajo limpia. Luego, agítalo a la izquierda y derecha para deshacerte del agua inicial.[9]
    • Coloca una toalla de papel debajo del colador para atrapar el agua que escurra.
  2. 2
    Retira las puntas de cada garra de langosta. Hazlo usando unas tijeras o un cuchillo de cocina y ten cuidado de no cortarte apuntando el borde puntiagudo de la herramienta lejos de ti. Cortar las puntas de las tenazas evita que las langostas se saturen de agua y mejora el proceso de escurrido.[10]
    • Toma la langosta firmemente y divide la cola a lo largo usando un cuchillo. Este método también mejora el escurrimiento.
  3. 3
    Derrite ⅔ de taza (160 ml) de mantequilla derretida en una cacerola pesada sobre la estufa. Vigila la mantequilla y espera que comience a derretirse. Una vez que ¾ de la mantequilla se hayan derretido, revuélvela con una cuchara de madera hasta que termine de derretirse.[11]
    • La mayoría de las barras de mantequilla rinden aproximadamente ½ taza (120 ml).
    • También puedes cortar la mantequilla en pedazos pequeños de 3 cm (1 pulgada) y derretirla en un microondas a fuego medio bajo o descongelarla. Revísala cada 10 a 15 segundos hasta que se haya derretido casi por completo. Luego, retírala y revuélvela para completar el proceso de derretido.
  4. 4
    Sirve la langosta con las guarniciones que escojas. Vierte la mantequilla derretida sobre la langosta y disfrútala con las guarniciones que escojas. Entre las opciones comunes se encuentran las rodajas de limón, el maíz horneado, las judías verdes frescas y los espárragos.
    • Usa unas pinzas para romper langostas para atravesar la coraza de la langosta y tener acceso a la carne. También puedes usar tus manos y un tenedor para langosta para hurgar en las grietas más pequeñas.
    • Guarda la langosta en el refrigerador durante 3 a 4 días como máximo. La langosta durará en el congelador durante 2 a 3 meses. Después de descongelar la langosta congelada, puedes guardarla en el refrigerador durante otros 3 a 4 días antes de cocinarla.[12]
    • Debes deshacerte de la langosta si ha permanecido a temperatura ambiente más de dos horas. Los signos de una langosta en mal estado incluyen una textura limosa y un olor agrio. No pruebes la langosta sin antes buscar estos signos.
    Anuncio

Cosas que necesitarás

  • 4 langostas vivas de 680 g (1 ½ libra)
  • paquete de gel congelado
  • olla sopera de 23 litros (6 galones)
  • 2 o 3 cucharadas (30 o 40 ml) de sal
  • ½ taza (120 ml) de mantequilla derretida
  • 1 rama de tomillo
  • 2 hojas de laurel
  • 1 limón
  • tazón
  • tijeras
  • cuchillo de cocina
  • temporizador
  • cacerola pesada
  • cuchara de madera

Consejos

  • La langosta cocida combina bien con la mantequilla derretida y el limón.
  • No atestes la olla demasiado. Si planeas cocinar más de 4 langostas, es mejor que lo hagas por tandas.
  • Moja las langostas en vinagre blanco para un sabor único.
  • Colócalas en el congelador durante 10 minutos antes de cocinarlas para adormecerlas.
Anuncio

Advertencias

  • Siempre mantén las langostas vivas hasta que se cocinen. Su carne se deteriora rápidamente después de morir. [13]
Anuncio

Acerca de este wikiHow

Personal de wikiHow
Coescrito por:
wikiHow Staff Writer
Nuestro equipo de editores e investigadores capacitados han sido autores de este artículo y lo han validado por su precisión y amplitud.

wikiHow's Content Management Team revisa cuidadosamente el trabajo de nuestro personal editorial para asegurar que cada artículo cumpla con nuestros altos estándares de calidad. Este artículo ha sido visto 40 638 veces.
Resumen del artículoX

Para hervir una langosta, primero coloca la langosta viva en una tabla de cortar y posiciona la punta de un cuchillo de chef a 3 centímetros (o 1 pulgada) por encima de la primera estría. Sostén la langosta con la mano libre y mete rápidamente el cuchillo hacia abajo atravesándola. Baja la cuchilla de manera que quede paralela a la tabla de cortar para así matar a la langosta con humanidad. Luego, hierve una olla grande de agua con sal. Deja caer la langosta en el agua hirviendo, espera a que el agua comience a hervir nuevamente y cierra la tapa. Hierve una langosta de ½ kilogramo (o 1 libra) durante 10 minutos, agregando 3 minutos por cada ½ kilogramo (o 1 libra) adicional. Por último, escurre la langosta y sírvela con mantequilla derretida. ¡Sigue leyendo para aprender a escurrir las langostas y prepararlas para servir!

Anuncio