Cocinar las costillas de cerdo o de res a la parrilla les da un delicioso sabor ahumado. Comienza con un poco de aliño seco o una marinada y cocina las costillas a baja temperatura durante una hora. Puedes elegir entre el horno, una olla a presión instantánea, un ahumador o la parrilla para la cocción a baja temperatura. Luego, termínalas a fuego directo en la parrilla.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Preparar la carne

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    Escoge la carne adecuada para la parrilla. La mayoría de las costillas de cerdo se cocinan bien en la parrilla, siempre y cuando sean precocidas a baja temperatura durante una o dos horas. Sin embargo, las costillas superiores y las esternales son las más fáciles de cocinar.[1] Puedes cocinar costillas de res de la misma manera que las de cerdo. Sin embargo, si quieres cocinar costillas de res, necesitarás pasar mucho más tiempo cocinándolas a fuego lento, hasta por 6 u 8 horas.[2]
    • Si las costillas están congeladas, déjalas en el refrigerador durante la noche para descongelarlas.
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    Quita la membrana con un cuchillo afilado. Retira la membrana del lado hueco de las costillas. Mete un cuchillo debajo de la membrana en una esquina de las costillas. Una vez que tengas el borde levantado, pela la membrana con las manos. Usa una toalla de papel para agarrarla si tienes dificultades para hacerlo.[3]
    • Trata de no perforar la membrana o las costillas al insertar el cuchillo.
    • Desecha la membrana cuando acabes de quitarla.
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    Remoja las costillas en una marinada durante la noche para darle más sabor. Una marinada es simplemente una mezcla de líquidos y especias para dar sabor. Puedes usar una combinación de ingredientes como salsa de soya, caldo de pollo, salsa inglesa, vinagre, limón, lima, comino, ajo, cebolla en polvo, chile en polvo, orégano, ají en polvo, sal y pimienta.
    • Para una marinada sencilla, prueba combinando 180 ml (3/4 de taza) de caldo de pollo, 180 ml (3/4 de taza) de salsa de soya, 100 g (1/2 taza) de azúcar, 90 ml (6 cucharadas) de vinagre de sidra de manzana y 90 ml (6 cucharadas) de aceite de oliva. Agrega 3 dientes de ajo picados y revuelve para mezclar. Vierte 2/3 de la marinada sobre la carne en un plato poco profundo y déjala reposar toda la noche, volteando la carne de vez en cuando.
    • Algunos cocineros confían en las marinadas, mientras que otros prefieren los aliños secos. La verdad es que puedes usar ambos cuando cocinas costillas. La marinada se absorberá en la parte principal de la carne, haciéndola más sabrosa y jugosa, mientras que el aliño seco trabajará en el exterior de la carne.[4]
    • Si no tienes tiempo de marinar las costillas durante la noche, déjalas en remojo durante al menos un par de horas.
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    Seca las costillas y deshazte de la marinada. Deshazte de la marinada y usa unas toallas de papel para secar la carne y dejar que se adhieran las especias.[5]
    • No es necesario que guardes la marinada usada, ya que solo son 2/3 de la misma. Usa el resto para cocinar.
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    Aplica el aliño seco. Para el aliño, utiliza una combinación de especias y otros ingredientes como ajo en polvo, cebolla en polvo, sal, pimienta, orégano, ají en polvo, mostaza molida a la piedra y azúcar morena. Combina los ingredientes y frótalos sobre la carne con las manos antes de empezar a cocinar.[6]
    • Para un aliño sencillo, prueba con 3 partes de sal kosher, 2 partes de chile en polvo, 2 partes de azúcar morena, 2 partes de pimentón en polvo, 1 parte de ajo en polvo y 1 parte de mostaza molida. Una pizca de pimienta negra también debe dar mucho sabor.

Parte 2
Parte 2 de 3:
Precocinar las costillas a fuego bajo y lento

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    Calienta las costillas en el horno a 149 °C (300 °F) si quieres un método sencillo. Cubre una bandeja de hornear con papel de aluminio y colócale una rejilla encima. Coloca las costillas en la bandeja con el hueso hacia abajo y déjalas calentar durante 30 minutos. Aplica la marinada en ambos lados de las costillas y voltéalas. Continúa aplicando la marinada a las costillas y volteándolas cada 30 minutos más o menos durante 2 a 4 horas.[7]
    • Verifica que la temperatura interna alcance los 63 °C (145 °F).
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    Usa una olla de presión instantánea para cocinar y ablandar la carne rápidamente. Vierte un poco de marinada en la olla. Coloca las costillas en el interior de la olla de forma que queden de pie. Pon la tapa en la olla y llévala a alta presión durante 9 minutos, para luego dejar que suelte lentamente la presión durante 10 minutos.[8]
    • Libera cuidadosamente el resto de la presión abriendo la válvula en la parte superior. Ten cuidado el vapor y mantén las manos y la cara lejos de este.
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    Coloca las costillas en un ahumador a una temperatura de 107 °C (225 °F) para lograr un mejor ahumado. Pon las costillas en el ahumador con el hueso hacia abajo. Aplica la marinada sobre las costillas cada hora más o menos. Cocina las costillas de 4 a 5 horas, hasta que alcancen una temperatura interna de 63 °C (145 °F).[9]
    • Cualquier tipo de ahumador funcionará para este proceso, siempre y cuando pueda mantener una temperatura constante. Prueba con madera de cerezo, manzana o mezquite para lograr un sabor ahumado agradable.
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    Asa a la parrilla a fuego indirecto para cocinar con un solo método. Engrasa la parrilla primero. Para crear calor indirecto, apila el carbón por un lado o enciende solo una parte de la parrilla. Pon la carne a un lado de la parrilla con el hueso hacia abajo. No lo coloques directamente sobre el fuego. Deja que cada lado de la carne se cocine durante 30 minutos, aplicando la marinada varias veces. Si las costillas aún no están suaves al insertarles un tenedor, déjalas por más tiempo.[10]
    • Procura asar a unos 107 °C (225 °F) en una parrilla de gas.
    • Puedes remojar trozos de madera en agua y colocarlos en el carbón o en el fondo de la parrilla de gas si quieres que la carne tenga un sabor ahumado.

Parte 3
Parte 3 de 3:
Terminar las costillas al fuego directo

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    Mueve las costillas hacia el fuego directo en la parrilla. Cualquiera que sea el método que hayas utilizado para cocinar las costillas a fuego lento, a esta altura puedes moverlas a la parrilla. Enciende una parrilla previamente engrasada a 107 °C (225 °F) o más antes de poner las costillas a fuego directo.[11]
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    Rocía salsa barbacoa o marinada. Puedes seguir usando la misma marinada que has venido aplicando todo el tiempo. Sin embargo, también puedes terminar de asar con una salsa barbacoa. Aplica la salsa cada 5 a 10 minutos para comenzar a formar una buena cobertura exterior.[12]
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    Cocina las costillas entre 20 y 40 minutos más para que alcancen su punto más tierno. Voltea las costillas de vez en cuando durante este proceso, cada 10 minutos más o menos. De esta manera, las costillas se cocinarán de manera uniforme dorando la salsa por ambos lados.[13]
    • Para revisar si la carne está lista, perfórala con un tenedor. Este debe deslizarse a través de la carne con bastante facilidad.
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    Corta las costillas entre los huesos. Deja reposar las costillas de 5 a 10 minutos bajo una lámina de papel aluminio. Usa un cuchillo afilado para cortar el costillar en costillas individuales cortando la carne justo entre los huesos.

Cosas que necesitarás

  • costillas
  • marinada
  • aliños secos
  • papel aluminio de alta resistencia
  • salsa barbacoa
  • pinzas de cocina
  • cuchillo afilado
  • plato o bandeja
  • trozos de madera (opcional)

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Categorías: Carne