El exceso de peso facial puede ser frustrante. Si bien no es posible perder peso únicamente en esta zona, la pérdida de peso general puede ayudarte a afinar el rostro. Ciertos cambios útiles en tu estilo de vida te ayudarán a reducir el peso y la hinchazón del rostro, además de incorporar ejercicios faciales y masajes para afinar los rasgos. De todas formas, siempre es importante consultar antes con tu médico, dado que existen algunas enfermedades y medicamentos que pueden causar un aumento de peso en el rostro. Con tiempo y esfuerzo, podrás tener un rostro más delgado al mirarte al espejo.

Método 1
Método 1 de 3:
Realizar cambios en tu estilo de vida

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    Establece un objetivo realista si necesitas perder peso. La pérdida de peso general es la mejor forma de reducir la grasa facial. Lograrlo implica tiempo y esfuerzo, pero incluso una pérdida menor puede proporcionar beneficios duraderos para tu salud. Si tienes sobrepeso u obesidad, establece un objetivo de pérdida de peso y comienza a trabajar en él. Comienza con una meta pequeña para que sea manejable y puedas ganar confianza.[1]
    • Procura perder entre 500 g y 1 kg (1 a 2 libras) por semana. Esta es una forma saludable y manejable de perder peso, y se puede lograr al reducir entre 500 y 1000 calorías diarias de tu dieta.[2]
    • Por ejemplo, puedes definir el objetivo de perder 3 kg (6 libras) a lo largo de 6 semanas. Este es un objetivo realista, por lo que te resultará más sencillo alcanzarlo.
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    Revisa tu dieta para identificar los alimentos y las bebidas que pueden causar hinchazón facial. Existen ciertos alimentos que contribuyen a la inflamación y pueden hacer que tu rostro se vea hinchado. Lleva un diario de tus comidas para identificar los alimentos que promueven la inflamación. También puedes probar una dieta de eliminación si observas que ciertos alimentos son problemáticos en tu caso.[3] Evalúa tu dieta para ver si incluye a los siguientes productos de manera regular: [4]
    • bebidas carbonatadas
    • gluten de trigo
    • productos lácteos
    • repollo o berza
    • frijoles
    • brócoli
    • brotes
    • coliflor
    • cebolla
    • comidas saladas (papas fritas, pizza congelada y fiambres o carnes procesadas)
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    Haz ejercicio de manera regular para promover la circulación y la pérdida de peso. La actividad física regular te ayudará a que tu rostro luzca más delgado al eliminar el exceso de peso. Si no necesitas perder peso, el ejercicio te ayudará a promover la buena circulación, lo cual permite reducir la inflamación del rostro.[5]
    • Asegúrate de escoger un ejercicio que disfrutes, como caminar, bailar, nadar o andar en bicicleta.
    • Procura realizar al menos 30 minutos de actividad física moderada la mayoría de los días de la semana.
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    Duerme bien para que el sistema endocrino funcione correctamente. La falta de sueño puede causar problemas en el sistema endocrino, como la diabetes. Duerme entre siete y nueve horas por noche para despertarte descansado y renovado, y para promover la salud del sistema endocrino. Esto te ayudará a evitar problemas que podrían llevar al aumento de peso en el rostro.[6]
    • Procura que tu habitación sea un lugar relajante para promover el buen descanso. Para ello, mantenla fresca, oscura, limpia y silenciosa.
    • También puedes descansar mejor al limitar o evitar el consumo de cafeína, apagar todos los dispositivos electrónicos al menos 30 minutos antes de acostarte y no realizar otra actividad en la cama que no sea dormir.
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    Bebe más agua para mantenerte hidratado y reducir la retención de líquidos. Una buena hidratación permite disminuir la inflamación del rostro al reducir la retención de líquidos. Si no bebes la cantidad necesaria de agua, podrías retener ciertos líquidos en distintas partes del cuerpo, incluido el rostro. Procura beber ocho vasos de 240 ml (8 onzas líquidas) por día. De todas formas, puedes beber más si sudas o tienes sed.[7]
    • Llena una botella con agua por la mañana y rellénala a lo largo del día mientras te encuentras en la escuela o el trabajo.

    Consejo: Si no te gusta el sabor del agua sola, puedes agregarle jugo de limón, algunas bayas o unas rodajas de pepino.

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    Evita o limita el consumo de alcohol. Beber alcohol puede promover la inflamación facial, por lo que es mejor evitarlo por completo, o al menos limitar su consumo. Procura no beber más de una bebida alcohólica por día si eres mujer, o dos, si eres hombre. Una bebida equivale a 350 ml (12 onzas líquidas) de cerveza, 150 ml (5 onzas líquidas) de vino o 45 ml (1,5 onzas líquidas) de licor.[8]
    • Cuando tengas que beber, prueba un cóctel sin alcohol. Mezcla agua mineral con gas, un poco de jugo de arándano y una tajada de lima para preparar una bebida fácil, sabrosa y baja en calorías.
    • Si te resulta difícil dejar de beber alcohol, habla con tu médico. Es posible que necesites ayuda.

Método 2
Método 2 de 3:
Realizar ejercicios faciales

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    Pronuncia las letras “E” y “O” 20 veces seguidas. Alterna entre ambas letras para trabajar los músculos faciales. Prueba decir “E, O, E” 20 veces en voz alta y haz énfasis en cada letra para obtener los mayores beneficios.[9]
    • Practica este ejercicio al vestirte por las mañanas.
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    Succiona las mejillas hacia adentro (como si fueras un pez) 20 veces al día. Quizás creas que este ejercicio es un poco tonto, pero en realidad permite trabajar los músculos de las mejillas. Prueba succionarlas y sostener el movimiento durante cinco segundos. Luego, libera las mejillas. Repite 20 veces a lo largo del día.[10]
    • Prueba realizar el ejercicio mientras te peinas o aplicas el maquillaje.
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    Abre bien la boca, mantenla así durante cinco segundos y luego relaja el rostro. Abre la boca tanto como puedas, como si quisieras gritar. Luego, mantén la posición a la cuenta de cinco y libera. Repite el movimiento 30 veces por día.[11]
    • Puedes practicar el ejercicio mientras haces la cama o te ocupas de otro quehacer doméstico.
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    Haz correr el aire dentro de la boca durante cinco minutos por día. Inhala profundo y cierra la boca. Permite que parte del aire llene la boca para que parezca llena. Luego, “mueve” el aire dentro de la boca para ejercitar todos los músculos faciales. Asegúrate de respirar normalmente durante el ejercicio.[12]
    • Practica este ejercicio cinco minutos al día. Puedes hacerlo dos minutos por la mañana y tres minutos por la tarde, o cinco minutos en una sola sesión, si lo deseas.

    Consejo: También puedes practicar este ejercicio con agua o probar la terapia de aceite de tracción para trabajar los mismos músculos.

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    Prueba darte un masaje facial después de realizar los ejercicios. Presiona la punta de los dedos sobre el rostro, comenzando desde la frente hasta las sienes y las mejillas. Luego, presiona la punta de los dedos sobre los lados de la nariz y termina masajeando la parte inferior de la mandíbula. También puedes pedir un turno con un masajista profesional o usar un rodillo de jade para masajear el rostro.[13]
    • Los masajes promueven la circulación y permiten drenar el líquido linfático del rosto. Este último es el que se acumula alrededor de los nódulos linfáticos. Cuando hay un exceso, puede causar inflamación en distintas partes del cuerpo.

Método 3
Método 3 de 3:
Buscar ayuda médica

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    Pide una cita con tu médico para descartar posibles enfermedades subyacentes. Algunas enfermedades pueden causar retención de líquidos en el rostro, por lo que es importante consultar con un médico si has observado un aumento de peso repentino o drástico. El profesional te evaluará para descartar trastornos específicos.[14]
    • Por ejemplo, es posible que tu médico te evalúe para descartar el síndrome de Cushing y el hipotiroidismo, enfermedades que pueden causar un aumento de peso en el rostro.[15]

    Consejo: Asegúrate de informarle a tu médico acerca de cualquier cambio reciente en tu estado de salud, además del aumento de peso en el rostro. Por ejemplo, es importante que le menciones si sientes que te cansas o fatigas fácilmente.

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    Pregúntale a tu médico si tus medicamentos pueden causar inflamación o aumento de peso en el rostro. Es posible que un medicamento nuevo o existente sea el culpable por la inflamación o el aumento de peso en el rostro. Habla con tu médico si has comenzado a tomar un medicamento recientemente y has observado este efecto secundario.[16]
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    Considera un estiramiento facial si otras opciones no han dado buenos resultados. Si bien la cirugía plástica puede ser costosa e invasiva, puede ser útil cuando otras opciones no proporcionan los resultados deseados. Pídele referencias a tu médico de cabecera o busca un cirujano plástico por cuenta propia. No escojas la opción más económica. En cambio, enfócate en un profesional bien calificado y con mucha experiencia en cirugías faciales.[18]
    • Pide una cita con el cirujano para saber si eres un buen candidato para un estiramiento facial u otro tipo de cirugía para reducir el tamaño del rostro.
    • En algunos casos, se recomienda una combinación de terapias, como una liposucción junto con un estiramiento facial.

Consejos

  • Tener un poco de grasa facial puede ser beneficioso, en especial a medida que las personas envejecen. Perder mucho peso en el rostro puede dar un aspecto más envejecido, con partes más profundas y hundidas.

Advertencias

  • La cirugía facial tiene la misma importancia que cualquier otro tipo de cirugía, por lo que no se debe tomar a la ligera. Existen muchos vasos sanguíneos en el rostro que pueden dificultar el procedimiento quirúrgico. Además, deja cicatrices por más que se realice bien.

Acerca de este wikiHow

Julian Arana, M.S.eD., NCSF-CPT
Coescrito por:
Entrenador personal certificado
Este artículo fue coescrito por Julian Arana, M.S.eD., NCSF-CPT. Julian Arana es un entrenador personal y fundador de B-Fit Training Studios, un conjunto de estudios de entrenamiento personal y bienestar con sede en Miami, Florida. Julian tiene más de 12 años de experiencia en entrenamiento personal y coaching. Es un entrenador personal certificado por el Consejo Nacional de Fuerza y Aptitud Física (NCSF, por sus siglas en inglés). Tiene una licenciatura en Fisiología del Ejercicio de la Universidad Internacional de Florida y una maestría en Fisiología del Ejercicio especializada en fuerza y acondicionamiento de la Universidad de Miami. Este artículo ha sido visto 28 452 veces.