Las tareas simultáneas, las exigencias diarias y las distracciones constantes de la vida que requieren de movimiento continuo son probablemente las razones por las que muchas veces es difícil estar quieto por un periodo largo de tiempo. Ya sea que tengas una capacidad de atención reducida o la necesidad de mantener un nivel de actividad elevado en un entorno de ritmo acelerado, la incapacidad de estar quieto puede convertirse en un problema para ti. La buena noticia es que, con un esfuerzo enfocado en el cuerpo y la mente, hay medidas que puedes tomar para calmarte y estar quieto durante un periodo largo de tiempo de manera habitual.

Método 1
Método 1 de 2:
Inmovilizar el cuerpo

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    Establece una hora específica para estar quieto. Siempre habrá una lista larga de cosas para hacer que puedan requerir atención inmediata; sin embargo, es importante que establezcas un periodo de tiempo ininterrumpido en el que te abstengas de cualquier actividad que te distraiga de estar completamente quieto.
    • Por lo general, las primeras horas de la mañana son ideales porque no has empezado la rutina diaria y la probabilidad de que la casa esté en silencio es mayor.
    • El final de la noche es otra opción porque la mente empieza a tranquilizarse y el cuerpo a relajarse, principalmente porque has terminado de hacer todas las cosas que tenías que hacer durante el día.
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    Escoge un lugar determinado adonde puedas ir y permanecer completamente quieto. Debes buscar un lugar determinado que esté libre de ruidos y distracciones externas.
    • Un lugar silencioso de la casa que esté separado de las demás áreas servirá.
    • Estacionar el auto en un lugar tranquilo y quedarse sentado en el interior es otra opción.
    • Considera la posibilidad de ir a un retiro en el que puedas tener un periodo prolongado de paz durante varios días.
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    Ponte cómodo y relájate. Una vez que te hayas ubicado en el área determinada, debes ponerte totalmente cómodo. Asegúrate de que tu cuerpo esté en una posición cómoda que puedas mantener por una cantidad razonable de tiempo.
    • Si es necesario, tómate unos minutos para hacer un poco de estiramiento ligero con el fin de liberar la tensión muscular del cuerpo.
    • Tomar algunas respiraciones profundas es una técnica de relajación común que aumenta el nivel de oxígeno del cerebro, lo cual te permite relajarte mejor.[1]
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    Posiciona el cuerpo para la quietud. Inicialmente, es posible que estés un poco inquieto, pues la naturaleza del cuerpo hace que tan pronto como le digas que se quede quieto te dé muchas razones por las que se debe mover. Envíale un mensaje interno a tu cuerpo para que sepa que es hora de mantenerse quieto.[2] Si bien debes escoger la mejor posición para ti, hay algunas técnicas recomendadas que te ayudarán a posicionar el cuerpo para que permanezca quieto.
    • Puedes sentarte en el suelo, sentarte en una silla, arrodillarte en el piso o recostarte. Si decides sentarte en una silla, asegúrate de sentarte derecho con la cabeza, el cuello y el torso alineados. La parte inferior de tu cuerpo también debe estar en una posición cómoda. Si te sientas en el piso, cruzar las piernas puede ser útil si puedes hacerlo.
    • Poner las manos sobre las rodillas o los muslos suele funcionar bien.
    • Dile a tu cuerpo que va a permanecer quieto y totalmente inmóvil, excepto por la respiración, pase lo que pase.[3]
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    Cierra los ojos. Aunque para algunas personas es más fácil mantener los ojos abiertos, al cerrar los ojos, evitas mirar alrededor y distraerte fácilmente por el entorno.
    • Cerrar los ojos limita el potencial de la luz brillante para mantener estimulada la actividad cerebral.

Método 2
Método 2 de 2:
Silenciar la mente

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    Despeja los pensamientos. Una vez que estés en una posición cómoda y relajada, y que hayas posicionado el cuerpo para que permanezca quieto, tendrás que despejar los pensamientos y abandonar toda la charla mental. Siempre se cumple que la actividad mental aumenta cuando logras estar quieto. Por lo tanto, tendrás que refrenar los pensamientos distractores que empiecen a invadirte la mente.[4]
    • Puedes empezar con una declaración como “No estoy preocupado por nada en este momento. Solo quiero no pensar en cosas innecesarias por un momento”. Sin embargo, es posible que debas repetir esa declaración unas cuantas veces mientras respiras profundamente.
    • Cuando tu mente empiece a deambular, trata de hacer una cuenta regresiva mentalmente.
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    Enfócate simplemente en respirar. Ser consciente de cómo respiras te ayuda a relajarte y a estar quieto. Además, prestar atención a la respiración te ayuda a concentrarte gradualmente.
    • Escucha tu respiración.
    • Inhala y exhala naturalmente.
    • No trates de manipular el patrón de respiración.
    • Permítete sentir el aire moviéndose dentro y fuera de tu nariz.
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    Deja ir las cosas. Evita preocuparte por todo lo que tengas que hacer ese día o el día siguiente. No dejes que tu mente se distraiga con recuerdos del pasado o pensamientos sobre el futuro.[5]
    • Trata de estar presente en el momento. Practicar la consciencia de la quietud, puede ayudarte a permanecer quieto.
    • Si escuchas un sonido distractor, solo trata de reenfocarte rápidamente en la respiración.
    • Si experimentas una sensación física, como una comezón, trata de no hacerle caso mientras permanezcas quieto.
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    Entrena la mente para visualizar algo que esté inmóvil o una imagen que generalmente esté asociada a la paz. Tener un objeto en el que puedas concentrarte puede evitar que tu mente deambule. Por ejemplo, una cascada, una playa o un árbol. Trata de enfocarte únicamente en este objeto. El objetivo es dejar que tu mente alcance una conciencia relajada.[6]
    • Tener la foto de un paisaje tranquilo puede ser útil.
    • Permitir que los sentidos participen en la experiencia de la visualización también sirve.

Consejos

  • Estar quieto por un periodo largo de tiempo requiere práctica y fuerza de voluntad, así que no te des por vencido si se te hace difícil permanecer quieto las primeras veces que lo intentes.
  • Cuanto más entrenes el cuerpo para estar quieto, más natural será para ti.

Advertencias

  • Si empiezas a sentir alguna tensión en el cuello y los hombros asegúrate de cambiar de posición.
  • Si empiezas a sentirte incómodo o si experimentas tensión en los músculos, haz los ajustes necesarios a tu postura.

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