¿Alguna vez deseaste tener la capacidad para solucionar problemas de una manera eficaz y sencilla? Si es así, tal vez quieras mejorar tus patrones de pensamiento con la finalidad de ser una persona más lógica. Mantener tu cerebro activo es importante, ya que este tiene el poder de reconectarse durante toda tu vida en un proceso llamado neuroplasticidad. Desde la realización de ejercicios mentales, el reconocimiento de pensamientos irracionales y los cambios en el estilo de vida, existen muchas formas de aprender a pensar de una manera más lógica.

Método 1
Método 1 de 3:
Ejercitar tu mente

  1. 1
    Pon a prueba tus recuerdos. Tu cerebro, al igual que cualquier otra parte de tu cuerpo, mejor con el ejercicio. Una excelente forma de ejercitarlo es mediante el ejercicio de la memoria. A lo largo del día, determina cuántos detalles de un determinado momento, lista o tarea puedes recordar.
    • Intenta memorizar cosas pequeñas todos los días. Escribe una lista de compras y memorízala. Memoriza un pequeño pasaje de un poema o libro, espera una hora y determina todo lo que puedes recordar.[1]
    • Dibuja un mapa de memoria. Dibuja un mapa donde se muestre el camino de tu casa al trabajo, una tienda, la casa de un amigo u otro lugar al que sueles ir.[2]
    • Presta atención a los pequeños detalles. Hacer un esfuerzo consciente por notar las cosas aparentemente irrelevantes puede ser una herramienta enorme para ayudarte a pensar de manera más lógica. ¿Notas el nuevo corte de papel en la mano de tu amigo? ¿Cuentas los peldaños en tu escuela o universidad? ¿Buscas errores de ortografía en los textos? Si la respuesta a estas preguntas es negativa, este sería un buen momento para empezar. Mientras más practiques, más saludable será tu mente. Con el tiempo, te convertirás en un pensador más crítico.
  2. 2
    Resuelve crucigramas. El beneficio que los crucigramas le traen a la mente es algo comprobado. Los crucigramas te obligan a llevar a tu cerebro un poco más allá de sus capacidades, lo que da lugar a la regeneración de las neuronas cerebrales. Esto aumenta la potencia general de tu cerebro y puede promover un pensamiento más sano y lógico. Adquiere un libro de crucigramas en una librería local o resuelve todas las mañanas los que vengan en el periódico.[3]
  3. 3
    Aprende un talento nuevo. El aprendizaje de nuevas habilidades requiere una gran cantidad de pensamiento lógico. Desde la elaboración de estrategias que te permitan aprender a realizar tareas difíciles, utilizas la lógica y estrategia para adquirir nuevas habilidades. Intenta realizar algunas de las siguientes actividades para mejorar tus habilidades de pensamiento lógico:[4]
    • aprender a tocar instrumentos
    • aprender a dibujar o pintar
    • aprender un idioma extranjero
    • aprender a cocinar
  4. 4
    Socializa. Aprender de los demás es una forma de ejercicio mental. Las conexiones sociales y las amistades alimentan el cerebro e impulsan a las personas a lograr una mejor comprensión del mundo que las rodea. Con frecuencia, procura pasar tiempo con amigos cercanos y familiares. Asiste a eventos sociales y considéralo como una oportunidad para para conocer a nuevas personas. Esto puede serte difícil si eres una persona tímida o introvertida, pero obligarte a tocar riesgos a nivel social puede mejorar tu capacidad para pensar con lógica.[5]
  5. 5
    Cambia tu rutina. La novedad ayuda al cerebro a mantenerse activo y aumentar tu memoria. Trata de tomar una ruta de trabajo diferente a la habitual o cocina un nuevo tipo de comida para la cena de lo que normalmente harías. Experimentar cosas nuevas ayuda al cerebro a mantenerse activo, lo cual puede te puede ayudar a convertirte en un pensador más lógico.[6]

Método 2
Método 2 de 3:
Reconocer la irracionalidad

  1. 1
    Reconoce la manera en que piensas de manera catastrófica. Muchas personas, en especial en escenarios sumamente estresantes, tienden a pensar de manera catastrófica. Esto significa que asumen el peor resultado posible de un evento determinado. Procura reconocer el momento en que abordas una situación con una mentalidad catastrófica.
    • El catastrofismo adopta muchas formas. Por ejemplo, supongamos que tu jefe te envió un correo electrónico diciéndote que contribuyas más durante las reuniones de trabajo. Si tiendes a pensar de manera catastrófica, podrías considerar que tu trabajo corre peligro, que tu jefe cree que eres un mal trabajador, que te despedirá y terminarás desempleado, y que tus amigos y familiares te considerarán inferior. Si notas estos pensamientos surgiendo sin parar en tu interior, respira profundamente e intenta pensar de manera lógica. En este ejemplo, podrías pensar lo siguiente: “El trabajo de mi jefe es darme comentarios constructivos. Solo quiere impulsarme a realizar mi mejor esfuerzo; además, todos reciben críticas de vez en cuando. Es una parte normal de la vida”.[7]
    • Minimizar las situaciones es una forma de catastrofismo donde ignoras tus éxitos y buenas cualidades, y no ves el aspecto negativo en la vida de las demás personas. Podrías pensar que algunas personas lo tienen todo, que son perfectas y exitosas, y luego, cuando te das cuenta de que tienen defectos de algún tipo, las consideras fracasadas. También podrías hacer esto contigo mismo, es decir, piensas que eres la persona más exitosa en el mundo y, después de un pequeño contratiempo, te consideras un fracaso tremendo. Procura reconocer estos patrones de pensamiento como defectuosos y reconoce el hecho de que todos tienen buenas y malas cualidades.[8]
  2. 2
    Evita los pensamientos de autoengrandecimiento. Tener una idea irreal de superioridad es tan malo como el catastrofismo. Si crees que eres la persona más importante en la oficina o el estudiante más talentoso en una clase, probablemente no estés pensando con claridad.
    • Todos brindan una contribución importante en una empresa, la escuela, organización y campo. Tener una idea de grandiosidad no solo es desagradable, sino que también puede causarte contratiempos tanto en el trabajo como en tu vida personal. Por ello, es importante que seas consciente de ti mismo con la finalidad de que puedas regular la manera en que interactúas con los demás. Trata de combatir la sensación de grandiosidad al recordar que si bien es importante sentirte bien por ti, también necesitas reconocer el esfuerzo y las contribuciones de los demás.[9]
    • La personalización es una forma de autoengrandecimiento en que piensas que los eventos que tienen muy poca relación contigo de alguna manera se producen a causa de tu presencia, ya sea para bien o para mal. Si un compañero de trabajo habla con una persona atractiva en la oficina, podrías asumir que intenta darte celos. Si el mismo compañero de trabajo no puede ir a tu fiesta de cumpleaños, podrías asumir que te tiene un rencor secreto cuando en realidad simplemente tiene otras cosas que hacer. Si te das cuenta de que caes en la personalización, intenta recordar que las vidas de las demás personas son tan agitadas como la tuya. Probablemente tengan poco tiempo para tomar decisiones concernientes a tu persona, ya sea para bien o para mal.[10]
  3. 3
    Ten en cuenta el pensamiento mágico. El pensamiento mágico no es algo exclusivamente de los niños. En ocasiones, los adultos también piensan de manera supersticiosa, especialmente ante un evento traumático. Las personas creen que participar en algún tipo de ritual, como desear o tener pensamientos positivos, puede tener algún impacto en una determinada situación. Procura recordar que, si bien es doloroso reconocerlo, existen muchas situaciones de las que tenemos poco control o no controlamos en lo absoluto.[11]
  4. 4
    Presta atención a los saltos lógicos. Los saltos lógicos son saltos en el juicio donde haces suposiciones sobre las personas o situaciones que no se basan en la realidad. Las personas hacen saltos lógicos todo el tiempo sin siquiera darse cuenta.
    • Por ejemplo, si un cajero actúa de manera grosera contigo, podrías pensar “Apuesto que no le agrado por mi apariencia, mi peso, mi atuendo, etc.” cuando en realidad no tienes ni idea de lo que está pensando.[12]
    • Las personas también tienden a asumir que alguien sabrá por naturaleza lo que están pensando, lo que puede dar lugar a una confusión. Por ejemplo, podrías suponer que tu compañero de habitación sabe que quieres que saque a pasear a tu perro debido a que llegarás tarde a casa, pero si no se lo dices, es posible que no se dé cuenta. Procura tener consciencia de tus saltos lógicos en tu vida cotidiana y date cuenta de los momentos en que los tienes.[13]
  5. 5
    Reconoce todos los juicios radicales. Estos tipos de juicios son una forma común de pensamiento irracional. Las personas son incapaces de ver las cosas desde una perspectiva intermedia y, por el contrario, ven las situaciones, personas y resultados como completamente positivos o negativos. Por ejemplo, podrías pensar que eres un completo fracaso si escribes incorrectamente una palabra en un correo sin siquiera reconocer el hecho de que tu mensaje se transmitió correctamente y nadie comentó el error. Esfuérzate por aceptar el hecho de que la mayoría de las cosas en la vida no son completamente positivas o negativas.[14]

Método 3
Método 3 de 3:
Cambiar tu estilo de vida

  1. 1
    Come alimentos buenos para el cerebro. Los alimentos que comes pueden tener un efecto considerable en tu capacidad cerebral. Opta por una dieta saludable y rica en nutrientes para el cerebro. Una dieta mediterránea puede aumentar tu capacidad cerebral. Esta dieta abarca principalmente frutas y verduras frescas, legumbres, grasas saludables y pescado. Entre las grasas saludables se encuentran las grasas monoinsaturadas, las cuales se encuentran en alimentos tales como el pescado, el aguacate, el aceite de oliva y el aceite de canola. Realizar este tipo de dieta puede ayudarte a aumentar tu capacidad cerebral total.[15]
    • La espinaca es un alimento que proporciona una gran energía al cerebro. Comer a diario tres porciones o más de espinaca u otras verduras de hoja verde como la col rizada retrasará el deterioro mental y aumentará la función cerebral en general.[16]
    • Los azúcares simples, como el azúcar de mesa y el azúcar rubio, así como los edulcorantes almibarados como el jarabe de maíz rico en fructosa, pueden tener un efecto perjudicial en el cerebro. Las grasas saturadas y trans, las cuales se encuentran en la carne roja y los lácteos, pueden tener un efecto negativo en tu capacidad mental, así como en tu salud general. La harina enriquecida, blanqueada o refinada que se encuentra en el pan blanco, arroz blanco y pastas blancas también puede afectar negativamente el cerebro.[17]
  2. 2
    Mejora tu horario de sueño. Dormir de manera regular durante 7 u 8 horas cada noche puede aumentar tu capacidad cerebral y promover el pensamiento lógico. Para mejorar tu horario de sueño, establece un horario fijo para dormir y despertar del cual no puedas desviarte, incluso durante los fines de semana. Aléjate de las pantallas electrónicas poco antes de la hora de acostarte. No comas alimentos pesados muy tarde por la noche y enfócate en realidad una actividad relajante, como leer, las horas previas a acostarte.[18]
  3. 3
    Respira. La respiración aumenta la capacidad cerebral al incrementar el flujo de oxígeno hacia el cerebro. Practica ejercicios de respiración profunda por la mañana y antes de dormir. Asimismo, practica yoga, meditación, pilates y otras actividades que se enfoquen en patrones de respiración saludables.[19]
  4. 4
    Ejercítate con frecuencia. El ejercicio físico tiene un efecto profundo en las capacidades cognitivas. Además de ser excelente para el cuerpo, una rutina de ejercicios regular puede mejorar tu capacidad mental para la lógica.
    • Prioriza el ejercicio. Muchas personas dejan al ejercicio como algo externo para sus vidas, sin siquiera darse el tiempo necesario para ir al gimnasio o salir a correr. Si elaboras un horario y te ciñes a él, el ejercicio comenzará a ser una parte importante de tu rutina, tanto como cepillarte los dientes por la mañana o ducharte.[20]
    • Los ejercicios aeróbicos parecen tener un efecto particularmente fuerte en las capacidades cognitivas. Correr, trotar, manejar bicicleta y realizar rutinas de ejercicios que fomenten el bombeo del corazón unas 4 o 5 veces a la semana puede aumentar tu capacidad cerebral.[21]
  5. 5
    Pasa tiempo en la naturaleza. Es importante que hagas tiempo para estar al aire libre en la naturaleza de forma regular. Pasar tiempo al aire libre te ayudará a aclarar tus pensamientos y mantener los pies sobre la tierra. Trázate el objetivo de pasar al menos un par de horas cada semana en la naturaleza. Puedes salir a caminar, pescar o cazar, explorar las montañas o el bosque, nadar en lagos o el océano, o simplemente sentarte debajo de un árbol.
  6. 6
    Toma descansos. Las personas tienden a ver el tiempo de inactividad como algo gratificante, pero este no es el caso. Tomar descansos ocasionales es vital para tu capacidad cerebral de procesar información. Dale a tu cerebro un descanso mental ocasional. Establece un ritual de relajación que puedas seguir a diario. Designa un día a la semana como tu “día libre” y pasa el tiempo realizando actividades de ocio que sean de tu agrado.[22]

Acerca de este wikiHow

wikiHow es un "wiki", lo que significa que muchos de nuestros artículos están escritos por varios autores. Para crear este artículo, 25 personas, algunas anónimas, han trabajado para editarlo y mejorarlo con el tiempo. Este artículo ha sido visto 24 102 veces.