Si te preocupa mantener la apariencia de tus senos tras la lactancia, no estás sola. La lactancia no es la causa principal de unos senos caídos. Esto suele darse por la edad, los genes, los cambios de peso y el embarazo. Durante la lactancia, los senos se llenan de leche, lo cual puede causar estiramientos.[1] Pero no te preocupes, porque es posible tomar medidas para mejorar su estética. Si bien los músculos no los levantan, puedes ganar un poco más de sostén con ejercicios de pecho, ya que los músculos del pecho están detrás de los senos. Tener un estilo de vida saludable también puede ayudar a evitar que terminen caídos.

Método 1
Método 1 de 3:
Mejorar la estética de tus senos

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    Dale el pecho a tu bebé sin preocupación. La lactancia en sí normalmente no es la causa de unos senos caídos.[2] Los senos se vuelven más pesados durante el embarazo, puesto que se preparan para llevar leche. Además, la leche materna hace que el tejido de los senos se sienta más denso. Esto puede estirar los ligamentos de Cooper y la piel de los senos. Sin embargo, los senos de muchas mujeres regresan a la normalidad después de la lactancia. Tu experiencia estará definida por tus genes, edad y por los kilos o libros que hayas subido durante el embarazo.[3]
    • De hecho, algunos estudios han concluido que la lactancia en realidad ayuda a mejorar la apariencia de los senos tras el embarazo, probablemente debido a las hormonas que el cuerpo produce durante este periodo.[4]
    • Ten en cuenta que los embarazos múltiples pueden aumentar el riesgo de que los senos queden caídos. Como el embarazo sí influye en la pérdida de firmeza de los senos, cada embarazo puede afectar los senos un poco. Esto puede ser un poco desalentador, pero no es motivo para evitar el embarazo, ya que el envejecimiento hará lo mismo.[5]
    CONSEJO DE ESPECIALISTA
    Lora Luczywo, IBCLC

    Lora Luczywo, IBCLC

    Consultora internacional de lactancia certificada por el colegio oficial
    Lora Luczywo es una consultora internacional de lactancia certificada por la junta con sede en Los Ángeles, California. Lora tiene más de 10 años de experiencia en consultoría de lactancia. Completó su educación en lactancia en la Universidad de California, San Diego, y obtuvo su competencia clínica en el Centro Médico Kaiser Permanente de Los Ángeles y el Centro Médico Torrance Memorial. Tiene una licenciatura en Artes Liberales y Ciencias de la Universidad de Arizona.
    Lora Luczywo, IBCLC
    Lora Luczywo, IBCLC
    Consultora internacional de lactancia certificada por el colegio oficial

    Nuestra experta concuerda: si quieres evitar los senos caídos, una de las cosas más importantes que puedes hacer es hacer ejercicio moderado con regularidad. Usar ropa interior adecuada también puede ayudar. Hay muchos estilos diferentes en el mercado, así que busca algo que te dé buen soporte. Sin embargo, al final no hay mucho que puedas hacer al respecto, ya que principalmente se debe a los genes.

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    Aplícate un humectante sobre los senos para mejorar la estética. Si bien el humectante no evitará que terminen caídos, puede mejorar la apariencia general, si es lo que buscas. Hace que la piel se vea más sana y con menos arrugas, lo cual hará que tus senos se vean mejor en general. Usa un humectante corporal por lo menos 1 vez al día antes de irte a la cama.[6]
    • Como esta zona es sensible, considera la posibilidad de usar un humectante para piel sensible.
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    Prueba levantar tus senos con un sujetador que te dé un buen soporte. Aunque un sujetador bien ajustado no evitará que los senos se caigan, puede ayudar a darles soporte. Por ejemplo, prueba con un sujetador que tenga aros si quieres que los levante.[7]
    • La mejor manera de encontrar un sujetador que te dé un buen soporte es que te tomen las medidas. Ve a una tienda que se especialice en tomar medidas para sujetadores para que compres la talla correcta.
    • Si te preocupa el dolor, escoge un sujetador que ayude a que no se muevan tanto.
    • Puedes usar un sujetador de lactancia durante el día y durante la noche para darle más soporte a tus senos. Este puede ayudar a que no se muevan tanto.

Método 2
Método 2 de 3:
Hacer ejercicios de pecho

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    Haz flexiones de pecho básicas una vez al día. Para hacer una flexión de pecho, ponte boca abajo en el suelo. Pon las palmas de tus manos sobre el suelo justo por debajo de los hombros. Pon los metatarsos sobre el suelo de modo que eleven la parte inferior de tu cuerpo. Usa tus manos para impulsar tu cuerpo del suelo manteniéndolo recto. Lentamente, baja para regresar al suelo.
    • Haz de 10 a 15 repeticiones al principio y aumenta la cantidad con el tiempo.
    • Si te cuesta hacer la flexión de pecho estándar, prueba variaciones más sencillas. Por ejemplo, párate frente a una pared. Da 1 paso hacia atrás. Haz flexiones de pecho impulsándote con las manos pegadas a la pared. Mantén el cuerpo recto e impúlsate.
    • Si quieres otra variación, haz flexiones de pecho apoyándote de las rodillas en lugar de los metatarsos.
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    Haz pases de pecho de espaldas. Acuéstate en el suelo con las rodillas dobladas. Tus pies también deben estar pegados al suelo. Sostén una pelota medicinal por debajo a la altura del pecho. Tírala hacia arriba de forma recta, como si estuvieras dando un pase a alguien en baloncesto. Atrápala cuando caiga.[8]
    • Haz 20 repeticiones. Aumenta a 4 series con el tiempo.
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    Haz levantamientos de barra en una banca con mancuernas. Empieza boca arriba con una mancuerna en cada mano en el aire y con los codos en el suelo. Dobla y levanta las rodillas de modo que tus piernas estén elevadas y tus pantorrillas estén en paralelo al suelo. Levanta las mancuernas hasta que tus brazos estén estirados en frente de ti. Bájalos hasta que tus codos casi toquen el suelo. Luego, vuelve a estirar los brazos.
    • Mantén siempre las piernas en el aire mientras haces este ejercicio. Si te resulta demasiado difícil al principio, entonces mantén los pies pegados al suelo. Igual trabajarás los músculos del pecho.
    • Puedes usar alimentos enlatados o botellas de agua en lugar de mancuernas.
    • Haz 15 repeticiones al principio y aumenta a varias series.
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    Eleva las mancuernas a una posición de “Y” estando de pie. Empieza con una mancuerna en cada mano. También puedes usar latas o botellas de agua. Para la posición de arranque, pon tus manos en frente de los muslos y luego elévalas por encima de los hombros hasta que estén completamente extendidas, formando una posición de “Y”. Vuélvelas a bajar lentamente al frente de los muslos.[9]
    • Cuando hagas la elevación, tira los hombros hacia abajo y para atrás.
    • Haz 20 repeticiones. Empieza con 1 serie y, con el tiempo, pasa a 4.
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    Usa mancuernas para hacer una elevación lateral trasera. Párate con los pies a la altura de los hombros y con el torso en paralelo al suelo. Sostén una mancuerna en cada mano y ten las palmas de las manos alejadas de ti. Levanta los brazos a los lados hasta que llegues a la altura de los hombros. Bájalos en frente de ti.[10]
    • Haz 20 repeticiones o hasta 4 series seguidas.

Método 3
Método 3 de 3:
Hacer cambios en el estilo de vida

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    Deja de fumar para reducir la probabilidad de que termines con los senos caídos. Si necesitas otra razón para dejar el cigarrillo (o para no retomarlo tras la lactancia), recuerda que el envejecimiento es un factor causante de los senos caídos, y el cigarrillo acelera el envejecimiento. Si te preocupan que tus senos puedan quedar caídos, deja de fumar.[11]
    • Si necesitas ayuda para dejar el cigarrillo, consulta con tu doctor sobre los parches, las pastillas o las gomas de mascar, que pueden ayudarte a lograrlo. Además, el doctor puede recetarte algo que te ayude a dejarlo, como el medicamento “Chantix”.
    • En los EE. UU., puedes llamar a la línea de ayuda para dejar el cigarrillo 1-800-QUIT-NOW.
    • Si quieres motivarte, piensa en tu bebé. No querrás exponerlo al humo indirecto, que puede ser perjudicial para su salud. El humo indirecto causa problemas de salud, tales como complicaciones de asma, infecciones respiratorias, infecciones de oído y síndrome de muerte infantil repentina (SMIR). Además, fumar durante el embarazo está vinculado a más de 1000 muertes infantiles al año.[12]
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    Ten una alimentación saludable para mantener la buena salud de los senos. Al igual que cualquier parte del cuerpo, una dieta saludable es favorable para los senos.[13] Asegúrate de consumir suficiente proteína además de diversas frutas y verduras para cubrir los nutrientes que necesitas.
    • La proteína ayuda a mantener los músculos y los ligamentos. De los 19 a 30 años, hay que consumir 150 g (5,5 oz) de proteína al día y 140 g (5 oz) pasados los 30. Tu doctor puede recomendarte un poco más durante la lactancia.
    • Opta por las proteínas magras, tales como el pescado, el pollo y los frijoles. Para cubrir la mitad de tu ingesta diaria de proteína, puedes comer un trozo de pollo del tamaño de una baraja de cartas.
    • Las frutas y verduras brindas antioxidantes y vitaminas valiosas, los cuales pueden ayudarte a mantener la buena salud de los senos.
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    Haz ejercicio durante 30 minutos casi todos los días de la semana para mantener un peso saludable. Subir de peso y luego perderlo puede causar la pérdida de firmeza de los senos. Procura mantener un peso saludable haciendo ejercicio por lo menos 150 minutos a la semana.[14]

Acerca de este wikiHow

Lora Luczywo, IBCLC
Coescrito por:
Consultora internacional de lactancia certificada por el colegio oficial
Este artículo fue coescrito por Lora Luczywo, IBCLC. Lora Luczywo es una consultora internacional de lactancia certificada por la junta con sede en Los Ángeles, California. Lora tiene más de 10 años de experiencia en consultoría de lactancia. Completó su educación en lactancia en la Universidad de California, San Diego, y obtuvo su competencia clínica en el Centro Médico Kaiser Permanente de Los Ángeles y el Centro Médico Torrance Memorial. Tiene una licenciatura en Artes Liberales y Ciencias de la Universidad de Arizona.
Categorías: Salud de la mujer