Ser competitivos en nuestras vidas académicas, laborales y personales puede ser bueno para alcanzar el éxito y llegar a los niveles de gloria y encanto. Las actitudes competitivas pueden ayudarte a sentirte energizado, capaz de aceptar cualquier desafío y estar listo para lograr muchas cosas en la vida. Sin embargo, tener un comportamiento competitivo sin considerar tu bienestar o equilibrio puede ser perjudicial, llevándote a la autodestrucción y tal vez relegando a las personas que más te importan. Ser competitivo de una manera digna que respete las necesidades de otros, que considere tu propio bienestar y demuestre una ambición controlada te ayudará a asegurar un éxito más satisfactorio y saludable.

Pasos

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    Descubre la verdadera motivación detrás de tu competitividad. La mayor parte del tiempo, competimos contra otros por las razones equivocadas. Desde el día que formamos parte de situaciones sociales cuando niños, nos exponemos a comportamientos competitivos y muchos de nosotros nos vemos estimulados a emular tales comportamientos para poder seguir el ritmo (o quedar en ridículo). Adoptar simplemente un método competitivo socialmente aceptado para vivir no permite reflexionar acerca de los límites del comportamiento competitivo, así que muchas personas sencillamente asumen que está bien ser extremadamente competitivo, en ocasiones hasta el punto de dañarnos a nosotros mismos o a otros. Algunas otras razones para el comportamiento competitivo incluyen:
    • Un deseo por tener lo que le pertenece a otra persona y demostrar envidia.
    • Acostumbrarse a competir con hermanos y no aprender a establecer límites en la infancia. Este puede ser el caso de una rivalidad feroz entre hermanos (provocada por una serie de cosas) que se ha extendido a todas las relaciones en la vida.
    • Una necesidad apremiante por ajustarse a las normas y a la vida que otros viven. A menudo es menos desafiante perseguir normas aprobadas socialmente y, muchas veces, hacerlo le da una ventaja rápida al competidor.
    • Decir cosas como "Ser competitivo está en mi naturaleza" es solo una excusa. Nadie se rige únicamente por un solo rasgo y la competitividad es precisamente eso, un solo rasgo, solo que aumentado exageradamente. ¡No te denigres a ti mismo de esta manera!
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    Mira en tu interior para contemplar lo que en verdad te impulsa y te da una sensación de tener un propósito en tu vida. ¿Haces las cosas porque lo deseas o porque quieres complacer a otros y cubrir las expectativas que sientes que recaen en ti? Es fácil dejarse llevar por una necesidad abrumadora de obtener el éxito sin importar los medios que tengamos que usar, basados vagamente en el deseo de "encajar" y superar a los demás.
    • Un ejemplo notorio de la falta de preocupación por los medios en la sociedad actual es el de la adicción al trabajo. Muchos adictos al trabajo justifican sus compartimientos competitivos bajo el argumento de que son talentosos en lo que hacen, siendo indispensables y asegurando de alguna manera un mundo mejor a través de sus esfuerzos individuales. Al mismo tiempo, estas personas a menudo no brindan cosas como tiempo, amor y atención a sus familiares cercanos o seres queridos y pierden la perspectiva de la manera en la que dan un mal ejemplo a sus colegas al trabajar largas noches, exigiéndose de más, tomando atajos en lugar de producir resultados considerables, etc. Este tipo de competitividad los desconecta de la realidad y alimenta expectativas poco realistas de que todos deben ser "súper humanos" para sobrevivir en ambientes laborales. Puede causar que las personas excesivamente competitivas menosprecien a otras que no creen en este enfoque maníaco de la vida laboral.
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    Sé sensible con los sentimientos y derechos de los demás. Al subir por la escalera corporativa, proponte a nunca pisotear los derechos, dignidad y virtudes de los demás. Juega un juego honesto basado en el comportamiento ético y en la responsabilidad personal. Deja que tu éxito se base en tu propio potencial y esencia auténtica, ya sea como trabajador, administrador, amante, padre, hermano, amigo, etc. Mientras más alto escales, debes asumir más responsabilidad personal y mayor debe ser tu disposición a permanecer abierto a las sugerencias de los demás, mostrándote con ganas de escuchar e incorporar las ideas de otros además de estar listo para asumir la culpa por las cosas que no funcionen en lugar de echársela al resto. Si las personas con las que trabajas y vives saben que siempre las tomas en cuenta a ellas y a sus deseos, te comprenderán si llegas a cometer un error. En el proceso, tu buena reputación y dignidad permanecerán intactas.
    • Sé más cooperativo que competitivo. Sugiere formas de colaborar en proyectos, tareas, actividades, quehaceres, eventos, etc. que tengas en común con tus amigos, familia y compañeros de trabajo. Los enfoques cooperativos permiten las diferencias de opinión, cambios en la forma de pensar, compromisos y una forma de exhibir los mejores talentos de cada persona a costa de nadie.
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    Evita difamar y desacreditar a otra persona con la finalidad de promover tus propios objetivos o ganancias. A menudo, la solución más fácil puede ser la de hacer que los demás se vean ineficaces o incapaces y, en el proceso, abrirte camino para vencerlos a cualquier precio. Sin embargo, este tipo de acción crea el desprecio y fomenta las malas actitudes dirigidas hacia ti. Básicamente, te resultará contraproducente porque las personas dejarán de confiar en ti. A corto plazo, un comportamiento horrendo como este podría llevarte a alguna parte, pero, a largo plazo, te dejará vulnerable a un ataque, frágil y débil cuando más necesites de apoyo. Además, recuerda siempre que cuando te desplomas desde lo más alto de una jerarquía, generalmente estarás nuevamente a merced de la gente a la que apoyaste amablemente o a la que difamaste desconsideradamente. Es evidente qué actitud te asegurará que estas personas te den una mano.
    • ¿Sientes ganas de contar chismes para "ascender"? Todos los que escuchan algún chisme se ven tentados a acudir a la fuente original y, cuando se descubre que tú eres el responsable, la confianza se rompe para siempre. Si bien esparcir rumores puede parecer una ventaja competitiva, a menudo es bastante evidente quién comenzó habladurías acerca de algo sospechoso, sobre todo cuando tal chisme beneficia en particular a tu propia reputación.
    • ¿Crees que usar palabras y actitudes ofensivas con los compañeros de trabajo, subordinados y familiares o seres queridos te da una ventaja competitiva? Las palabras y acciones ofensivas podrían hacer que la gente te escuche y cumpla tus órdenes, pero es miedo lo que las impulsa y no respeto. Estarán a la espera de ese momento formidable cuando cometas un error, en el que podrán ser libres de decir lo que piensan a fin de destituirte. Este enfoque es una bomba de tiempo en lo que respecta a tus relaciones con los demás.
    • ¿Te gusta competir porque te hace sentir mejor contigo mismo? Si es así, ¿aplicas esta norma con tus amigos y familiares? Al hacerlo, estableces una situación en la que tú ganas y ellos pierden, y eso es algo duro para las personas que te importan. Hay mejores maneras de sentirte bien contigo mismo que haciendo que las personas a tu alrededor se sientan peor consigo mismas porque no pueden estar a tu altura.
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    Siéntete orgulloso de los logros de otros, no amenazado. Todos tenemos aptitudes, talentos y niveles de habilidad diferentes por una buena razón. Dado que somos seres sociales, necesitamos "conectarnos" entre nosotros para alcanzar realmente la grandeza. Nadie es un ser aislado; suponer lo contrario es autodestructivo. En lugar de tratar de llevarte el crédito de otros, cambia de táctica y proclama sus virtudes para hacer un cambio. Deja que todos vean que elogias a tus compañeros de trabajo, hermanos, pareja, jefe, vecino o cualquier otra persona en tu vida por los logros que puedes observar en ellos. Podrías sorprenderte por el tipo diferente de "poder" que esto te da. Al permitir que otros brillen, brillarás para ellos y estarán más que dispuestos a apoyarte.
    • Piensa en aquellas personas que siempre han tenido éxito porque se rodean de gente que usa sus mejores habilidades promoviéndolas en lugar de competir entre ellas y haciendo que brillen con luz propia.
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    Utiliza tu propia confianza y trabajo duro para lograr tus objetivos. Si has tenido algunas decisiones malas en la vida, es posible que la competitividad surja del miedo a fallar. No tengas miedo al fracaso, ya que puede dirigirte al camino en el que realmente eres bueno y eliminar la necesidad de sentir que debes "seguir al ritmo" de los demás.
    • Si lo que quieres es ganar dinero, entonces lucha por conseguirlo mediante tu propia voluntad y esfuerzo. Evita usar objetivos fáciles y fomentar falsas amistades para hacer que otros te apoyen financieramente.
    • Si no crees haber encontrado tu verdadero objetivo en la vida, lee Cómo identificar tus fortalezas y debilidades. A menudo, el comportamiento demasiado competitivo surge de subsanar constantemente las debilidades, del miedo a ser considerado un fraude o incompetente. Esto no significa que no puedas mejorar y hacer tu vida más sencilla, significa que necesitas enfrentar algunas realidades para descubrir en qué eres mejor y qué te retiene y provoca que superes a otros todo el tiempo.
    • Date cuenta de qué es lo que una necesidad de ganar dice realmente de ti. ¿Qué es lo que obtienen los "ganadores"? Elogios, aplausos y adulaciones. ¿Es eso lo que quieres? Si es así, entonces lo que buscas es validación externa. Olvídate de eso y busca tu auténtico yo.
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    Date cuenta de que mentir, confabular o planear deliberadamente eventos que te beneficien no son enfoques competitivos sanos, sino que son simplemente formas de sabotear el trabajo y la vida. Este intento de sabotaje a menudo ocurre cuando carecemos de ciertas aptitudes y capacidades requeridas para alcanzar o tener éxito en las situaciones laborales y sociales. No obstante, mentir o desacreditar a otros en realidad pone en riesgo tu propio juicio y confiabilidad, aún más si la otra persona demuestra que te equivocas. Las probabilidades de que esto ocurra son altas dado que donde hay humo, siempre hay alguien deseoso de encontrar el fuego. ¿Y el resultado final? Lo más probable es que tu reputación e integridad sufran las consecuencias.
    • Al ser siempre responsable y ético en tu enfoque con la vida y con otras personas, te asegurarás de que la gente pueda indagar en tus principios y simplemente note que no tienes miedo de cometer errores pero que siempre has estado listo para aceptar las fallas y solucionarlas.
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    Date el tiempo y espacio suficiente para alcanzar tus metas. El éxito inmediato y obtener riqueza de la noche a la mañana es una fantasía que está lejos de la realidad actual. Desafortunadamente, existe una suposición dañina que indica que cuando una persona es exitosa, es porque "ocurrió de la noche a la mañana", lo que se desvía por completo de la realidad de que probablemente le tomó años de trabajo duro, planificación, toma de riesgos y fracasos para alcanzar este punto de éxito. Al tratar de obtener éxito y gloria de la noche a la mañana, te diriges hacia un camino de una gran decepción y existe el riesgo de que te dejes llevar por los atajos y los actos arriesgados para tener éxito. Algunas personas incluso se ven impulsadas a cometer actos criminales para lograr el éxito por miedo a "perder el respeto" o a no conseguir un estilo de vida que creen merecer, lo que las hace perder todo sentido de perspectiva. No caigas en esta trampa; el comportamiento competitivo debe impulsarte hacia delante de manera sana y consistente, no de forma aleatoria y peligrosa.
    • Obtener riqueza, fama, popularidad, etc. rápidamente es una mentalidad poco realista. Todas las cosas buenas requieren tiempo, incluyendo la competencia sana. Apégate a tus valores y principios y progresarás a largo plazo.
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    Sé realista. Aprende la diferencia entre competencia sana y dañina. Muchos guías de autoayuda y adivinos de renombre te dirán que la mayor competencia en la vida es contra ti mismo, no contra otros. Al establecerte metas alcanzables a lo largo de tu vida, sin importar tu edad o posición, te fijas objetivos con los cuales puedes medirte. No importa lo que los demás piensen, aparte de que aquellos cercanos a ti sepan que los amas y aprecias. Lo que importa es que sientas respeto por ti mismo, que logres las cosas en la vida que son importantes y que no te compares con nadie. Si construir un hermoso jardín significa para ti el máximo logro, entonces sigue adelante por todos los medios y constrúyelo. Si convertirte en el gerente general de una empresa socialmente responsable es tu principal objetivo, tienes entre manos una meta excelente que involucra a todas las personas a las que te gustaría llevar contigo en esa travesía. Sin importar cuál sea tu meta, mantente fiel a ella y no desvíes o socaves su progreso al sucumbir a los temores que te dicen que no eres lo suficientemente bueno, que no estás a la altura de la situación o que careces de lo que la persona a tu lado posee. Ya tienes todo lo que necesitas y se encuentra dentro de ti.
    • Inspira a otros a seguir tu ejemplo al exhibir habilidades de competencia sanas y productivas. En la comisión de comportamientos competitivos sanos, enseñas a otros a comportarse de una manera saludable, multiplicando el efecto de considerar rivales a aquellos que desean seguir tus pasos.
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Consejos

  • Ten en cuenta que otras personas te observan. Tus hijos, tus sobrinos, tus vecinos, tus compañeros de trabajo y muchos otros en una posición de aprender de ti observan y asimilan tus comportamientos. Asegúrate de que tu actitud enseñe lecciones que realmente quieras transmitir.
  • La competencia es sana cuando te impulsa a dar lo mejor de ti. Lo sabrás cuando tus relaciones con otros sean amistosas y no tensas, cuando disfrutes del equilibrio de las actividades en tu vida y cuando te esmeres en alcanzar tus metas de acuerdo a tu ritmo, sin preocuparte por lo que otros piensan o hacen.
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Advertencias

  • Dos personas competitivas no es una excusa para empezar una batalla. Si siempre discutes, peleas, superas y dejas en ridículo a tu pareja, jefe, compañero de trabajo, amigo u otra persona importante en tu vida, comienza a preguntarte por qué lo haces. Ambos se arriesgan a sufrir de estrés, a la falta de satisfacción en sus interacciones y a estar más propensos para tener una discusión realmente seria un día no muy lejano. Sé la persona más fuerte y termina con la competitividad. Comienza a elogiar los logros verdaderos de esta persona a medida que los ves mientras ignoras el resto de sus quejas. Podría tomar un tiempo pero le pondrá fin a la competencia entre ambos.
  • Evita confundir el comportamiento competitivo sano con el nocivo. No todo comportamiento competitivo es malo; algunos te hacen salir de la cama y estar listo para enfrentar el día. Es malo cuando consume por completo tu “yo”, tu bienestar y hace que menosprecies a otros o los utilices para tu beneficio. Es dañino cuando destruye las relaciones que te importan y echa a perder tus oportunidades de llevar una vida satisfactoria. Te darás cuenta de la diferencia, no es algo que un texto pueda enseñarte.
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