Cómo tener un matrimonio genial

Sé tu mismo desde el comienzo de cualquier relación. Si comienzas la relación siendo una mezcla entre tú mismo y un esposo conformista, ¿qué sucederá cuando se empiecen a ver las grietas? Sé tu mismo desde el primer día y tu pareja habrá probado que eres aceptado y amado por quien realmente eres, no por quien pretendes ser.

Ejercita tu sentido del humor. Un sentido del humor bueno y fuerte es indispensable para tener un gran matrimonio. Intenta encontrar el humor en situaciones difíciles. Los ayudará a superar esos momentos mucho mejor.

Perdón, perdón, perdón. Las tres palabras más importantes para tener un buen matrimonio.

Dense mutuamente el beneficio de la duda. Han construido una relación basada en la confianza. No supongas que tu pareja vas a hacer las cosas sólo para irritarte. Tal vez no se dé cuenta de que algo te molesta. Hazle saber qué cosas te molestan sin pensar lo peor del otro. Una vez que te hayas sincerado, dale tiempo a tu pareja para realizar los ajustes y correcciones necesarias.

Suelta los pequeños enojos. Pregúntate si algo que te irrita es realmente tan importante como para pelear sobre ello. ¿Algo está mal o es simplemente diferente de lo que tú harías? Permite que las diferencias pasen sin comentarlas. Si algo realmente te molesta, habla sobre ello de una manera no acusatoria y fíjate si pueden resolverlo sin pelear.

Encuentren maneras de compartir la responsabilidad. Si ambos trabajan 80 horas por semana, ¿por qué la mujer debe hacer siempre la comida y limpiar todo? Intenta encontrar una mezcla de trabajos que ambos hagan bien, por ejemplo, lavar los platos o cortar el césped, y compartan la responsabilidad. Encuentra maneras de crear rutinas que incluyan a todos, por ejemplo, “si sacas los tachos de basuras, yo los entro”, “tú lavas, yo seco”, etc. Esto evitará el síndrome de la esposa irritante. Recuerda, vivirán juntos para siempre (hasta que la muerte los separe), así que deja un poco para mañana. El mundo no se acabará si no terminas de lavar la ropa hoy.

Hagan tiempo para sentarse juntos una vez al día y compartan momentos. Aunque sean 10 minutos antes de ir a la cama, hablen, abrácense y háganse compañía.

No esperes la perfección. Recuerda, tu pareja es un ser humano y tú también. Permite las diferentes condiciones humanas: cansancio, exceso de trabajo, estrés, enfermedades familiares, enfermedades personales y simple debilidad.

Haz algo lindo por tu pareja en un momento duro. La indiferencia o la pelea constante sobre un tema polémico seguramente los separe. Un gesto amable puede ayudar mucho a acercarse, haciendo más probable que puedan resolver sus problemas. Esto funciona especialmente si sientes que tu pareja ya no te halaga ni hace cosas bonitas por ti. Comienza a halagarla tú y asegúrate de ser amable, ¡Verás que QUERRÁ hacer algo lindo por ti!

¡Intenta encontrar algo bueno sobre tu pareja todos los días y comunícaselo! Ya sea un halago por su ropa o las gracias por simplemente sacar la basura, siempre se siente bien recibir aliento de la persona que amas. Y tú te sentirás bien por hacerlo.

Aprende de tus errores. Cuando digas “lo lamento”, ¡sé sincero/a! Esto significa no hacerlo de nuevo. Pedir disculpas y luego repetir la acción le demuestra al otro que realmente no lo lamentabas y eso irá afectando la confianza con el paso del tiempo.

No guardes secretos y evita la apariencia de algo con connotación sexual. Ser transparente con tu pareja es importante, porque demuestra que hay confianza mutua en todos los aspectos de sus vidas. Si estás guardando secretos, tu pareja en algún momento los descubrirá y eso traerá problemas a tu matrimonio. Mantener las cosas claras y abiertas evita la sospecha y los celos. No hagas cosas que hagan enojar a tu pareja y si alguien en la oficina te tira lances y no se detiene, díselo a tu jefe y pídele que transfieran a alguno de los dos. Si mantienes una actitud limpia y una comunicación abierta y sincera con tu pareja, ésta confiará en ti en momentos decisivos.

Recuerda que el matrimonio es un arreglo de principios básicos. Cuando estás planificando tu boda, tal vez contemples ideas de cuentos de hadas sobre una vida vivida felizmente para siempre. La realidad del matrimonio es que en ocasiones, se trata de un trabajo de todos los días. Uno de ustedes o tal vez ambos se sientan alterados, nerviosos, aburridos, no felices con el otro ni tan queridos. No todo se trata de los sentimientos. Repito: no todo se trata de tus sentimientos. Se trata del compromiso entre ustedes. Ya sea que “sientas” que estás enamorado/a, “sientas” que tus necesidades son satisfechas o lo que sea, la realidad es que cada uno ha hecho un juramento hacia el otro. En muchos momentos, el matrimonio no es para nada romántico; se trata de un trabajo en equipo y de cumplir con el trabajo todos los días.

Planifiquen para los tiempos difíciles. Deberán soportar mucho menos estrés si trabajan en conjunto para armar un presupuesto, juntar por lo menos una cuenta de ahorro pequeña (un fondo de emergencia de 500 dólares puede hacer maravillas) y prepárense para épocas en donde las cosas vayan mal. La vida será más simple.

Actúa como si todo estuviera bien. Si estás pasando por un momento difícil, si sientes que no puedes recordar qué te atrajo de la otra persona y te preguntas qué te pasó para que quisieras casarte… simplemente sonríe y compórtate de manera amable y gentil. Actúa como si todo estuviera bien. De hecho, esfuérzate por ser amable, considerado y cariñoso con tu pareja. Puede sonarte raro, pero si sigues dando estos pequeños pasos y actúas como si nada estuviera mal, todo realmente estará normal, bien e incluso mejor.

No tengas miedo de irte a dormir enojado. Mucha gente bien intencionada dice que no debes dejar que el sol se ponga si tuviste una pelea. Pero es mucho mejor simplemente llegar a un punto de la pelea en donde los dos paren de discutir enérgicamente y lo consulten con la almohada. En lugar de seguir una discusión que se está yendo de control y que da vueltas sobre lo mismo, lo mejor es detenerse, descansar y despertarse renovado, ya que esto te dará una nueva perspectiva y los ayudará a encontrar una solución mejor y más satisfactoria en lugar de pelear hasta que ambos estén maltrechos, ensangrentados y hayan dicho cosas de las que no se puedan retractar. Consultarlo con la almohada también te ayudará a que se disipen los sentimientos negativos residuales. No siempre uno dice “está bien, ya está, la pelea terminó” y vuelve a sentir cariño y amor por el otro. A veces el resentimiento dura un poco más. Déjalo así, descansa un poco. Ambos se sentirán mejor por la mañana.

Pregúntate qué puedes hacer hoy para alegrar la vida de tu pareja. Si ambos buscan alguna manera de mejorar un poco el día del otro, nunca olvidarán que realmente la otra persona les importa. Hacer cosas lindas por el otro te hace tener lindos pensamientos sobre él. Es una buena costumbre.

Besa a tu pareja durante 5 segundos como mínimo antes de irte a la mañana y antes de acostarte a la noche.

Agradece los pequeños gestos (lavar los platos, limpiar la mesa, cambiar el rollo de papel higiénico vacío) y haz estas cosas sin esperar nada a cambio.

Halaga a tu pareja todos los días. No se necesita mucho para hacer que el otro se sienta bien. Sé sincero y cuando te halaguen a ti, agradécelo aunque no estés de acuerdo.

Abrácense y tómense de la mano con frecuencia, todos los días.

¡Cállate y escucha! Aprenderás mucho más si cierras la boca y abres tu mente. Tienes una boca y dos orejas para poder escuchar el doble de lo que hablas.

Discute suavemente. La forma en la que dices las cosas puede tener más impacto que lo que dices. Mantén la calma y habla en un tono de voz normal.

Sé prudente y piensa antes de elegir las palabras que utilizas. Antes de decir algo pregúntate esto: “si tú o tu pareja murieran en este momento, ¿te gustaría que lo que estás por decir fueran tus últimas palabras hacia tu pareja?”.

Por lo menos una vez por mes tengan una noche especial con otra pareja casada para poder reírse y aprender de las relaciones de los demás. Tengan por lo menos una salida romántica por mes y traigan el romance de vuelta a casa con ustedes.

Tomen una clase juntos. Existen restaurantes que enseñan cómo preparar una comida de principio a fin o pueden aprender juntos a tocar un instrumento musical. Es una gran manera de pasar tiempo juntos y ver cómo aprende el otro.

Túrnense para tomar decisiones. No es divertido cuando alguien te pide una opinión y tú respondes “lo que tú quieras”. Si el otro hubiera querido sólo lo que él quería, entonces no te hubiera preguntado nada. Sé cortés y brinda una respuesta completa y sincera.

Realicen una actividad física juntos. Estar sano y cuidarse hace que la otra persona sepa que planeas estar aquí por mucho tiempo y que la cuidarás si se llegara a enfermar.

Valora las fortalezas y debilidades de tu pareja. Tu pareja eligió estar contigo porque existen aspectos de tu personalidad de los cuales puede aprender y adquirir. Demuéstrale cuánto la amas apoyándola cuando esté débil y sintiéndote orgulloso/a cuando esté fuerte. Escucha lo que dice, tal vez aprendas algo.

Ten pequeños gestos (ver el número 2). Despertarse con una taza de café caliente o una camisa planchada o volver a casa y que haya velas encendidas son pequeñas maneras de demostrar que el otro te importa.

¡Sé agradecido y nunca des al otro por sentado o lo extrañarás si se llegara a ir!

Ríanse de los pequeños errores de la vida. ¡Dejen el drama para las crisis más importantes! No hagan todo un tema por la pasta de dientes. ¡Ríanse de las pequeñas cosas y serán más felices!

Acepta la responsabilidad por tus acciones y elecciones. Sé sincero en todos los aspectos de tu relación. ¡Si no lo has sido, empieza a serlo!

Salgan a bailar los fines de semana. Es un gran ejercicio y es divertido. Si no saben bailar, entonces tomen una clase juntos y aprendan un baile para disfrutar juntos.