Existen muchas maneras de conservar los alimentos, aunque muchos de nosotros solo estamos familiarizados con la refrigeración o el congelamiento. Para aprovechar realmente las maneras innumerables que los seres humanos han desarrollado para conservar los alimentos, puedes explorar varios procesos de secado, envasado y fermentación que son adecuados para las frutas, verduras y carnes. La mayoría de ellos se pueden realizar en casa con pocos aparatos de cocina.

Método 1
Método 1 de 3:
Refrigerar y congelar los alimentos

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    Refrigera los alimentos. Mantener los alimentos fríos evita que se formen bacterias. Este es el método con el que estamos familiarizados y que hemos usado. La refrigeración es buena para los alimentos que se comen en poco tiempo: por lo general, entre 3 y 5 días para las carnes, frutas y verduras; más o menos 1 semana para los productos lácteos; y meses para los condimentos. Si no estás seguro si los alimentos todavía están buenos, arriésgate a no comerlos. Si quieres conocer periodos de tiempo de refrigeración más específicos sobre diversos alimentos, consulta la tabla sobre seguridad alimentaria de la FDA de los Estados Unidos haciendo clic aquí.
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    Guarda la mayoría de los alimentos en recipientes herméticos. Nos referimos específicamente a las sobras y otros alimentos que no se han envasado en la tienda. De esta manera, mantendrán su frescura en la refrigeradora. Guarda las carnes en los envases en los que vinieron de la tienda hasta que las uses.[1]
    • No guardes las frutas con las verduras, ya que las frutas pueden emanar altos niveles de etileno, el cual hace que las frutas y verduras maduren. Las frutas de hueso (melocotones, ciruelas, paltas, etc.) deben madurar en el mostrador, pero las bayas y las frutas cítricas se deben refrigerarse.
    • En cuanto a las verduras, sácales cualquier lazo o liga de goma antes de refrigerarlas. Envasa las verduras de manera suelta en la refrigeradora, ya que es mejor no dejar que se toquen.[2]
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    Ordena tu refrigeradora. La parte superior de la refrigeradora tiene la temperatura más constante y es más adecuada para las sobras y otros alimentos que no necesitan cocinar. La puerta es la parte más caliente de la refrigeradora y es mejor para las bebidas y los condimentos. Las frutas y verduras se guardan mejor en los cajones que están en la parte inferior, donde puedes separar las frutas de las verduras y mantenerlas frías y húmedas. Los anaqueles del fondo son los más fríos y son mejores para la carne roja y los huevos.[3]
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    Congela los alimentos para guardarlos a largo plazo. No llenes tu congeladora de alimentos, ya que debes dejar que el aire frío circule entre todos sus elementos para que funcionen adecuadamente. Congelar los alimentos puede hacerlos durar mucho más tiempo, a veces desde 6 meses a 1 año.
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    Envasa los alimentos de forma apropiada para congelarlos. Aunque te veas tentado a tirar los alimentos en las bolsas de congeladora, el envasado al vacío es de lejos la mejor opción. Si no tienes una selladora de vacío, al menos saca la mayor cantidad de aire posible de las bolsas antes de sellarlas. Etiqueta todo lo que esté en tu congeladora con los contenidos y la fecha con un resaltador y una cinta adhesiva adecuada para la congeladora (estará marcada de una forma especial).[4]
    • No congeles los recipientes de vidrio.
    • No llenes los recipientes por completo con las sobras antes de congelarlas, sino se expandirán.
    • No pongas alimentos calientes en la congeladora. Debes dejar que se enfríen primero para que la congeladora no tenga que trabajar tanto ni aumentar la temperatura de todo el aparato.
    • No debes descongelar y volver a congelar los alimentos. Empezarán a degradarse en poco tiempo.
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Método 2
Método 2 de 3:
Secar los alimentos de diferentes maneras

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    Deshidrata los alimentos. Al deshidratarlos, se quitan todos los líquidos. Una vez que estén completamente deshidratados, es muy difícil que se formen bacterias. Así tendrás alimentos que pueden durar semanas o meses sin refrigerar. El contenido de los alimentos, incluidos el contenido de fibras y calorías, permanece igual con la deshidratación (excepto por la pérdida de vitamina C en algunos alimentos por su solubilidad).[5] Con un deshidratador de alimentos, de venta en algunos supermercados y en muchos lugares en línea, puedes conservar frutas, verduras y carnes.
    • Si no quieres comprar un deshidratador, también puedes conseguir el mismo efecto con un horno de baja temperatura. Usa el horno con la menor temperatura posible, coloca los alimentos en una sartén antiadherente y usa un abanico pequeño para mantener la circulación del aire e impedir la acumulación de humedad.[6] Este proceso saca todo el líquido de los alimentos, conservándolos en una forma nueva y más correosa.
    • Cuando ya estén deshidratados, puedes guardarlos sin refrigerar por semanas. La deshidratación es muy buena para los viajes de mochilero u otros momentos en los que hay que llevar comida.[7]
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    Prepara carne ahumada. El ahumado de las carnes ha servido para conservar la comida por miles de años. Los tipos de madera para el fuego y las especias que se ponen en la carne pueden crear varios sabores deliciosos en la carne. Hay dos tipos de ahumado: caliente y frío. Las diferencias son las siguientes:
    • Cuando se ahuma la carne con el método caliente, se cocina a una baja temperatura (65 °C o 150 °F a más) por mucho tiempo.
    • Por otro lado, el método frío se usa a menos de 38 °C (100 °F) y no tiene el fin de cocinar toda la carne, sino más bien de sellarla lo suficiente para que las bacterias no se puedan desarrollar. Este método funciona muy bien si planeas cocinar la carne en algún otro momento en el futuro.[8]
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    Cura las carnes. Al igual que el ahumado, este proceso se ha empleado por miles de años. Este proceso implica usar la sal para sacar el agua de la carne, básicamente deshidratándola. Existen dos maneras principales de curar las carnes:[9]
    • El curado al seco implica frotar la carne con sal, nitrito de sodio y cualquier otra especia. Por lo general, después la carne se cuelga para que se seque. Para una mayor seguridad, es mejor comprar una mezcla de sal y nitrito preparada (la cantidad debe ser de 1 cucharada por cada 2 kg (5 lb) de carne, pero debes seguir cualquier indicación de la mezcla que indique una cantidad).[10]
    • El curado húmedo, o salmuera, también usa la sal, pero en una solución líquida. La carne se coloca en una salmuera hecha de agua, sal, nitrito de sodio y otras especias para que se cure. La mezcla típica es de 1¼ taza de sal kosher por cada 4,5 l (1 galón) de agua.[11]
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Método 3
Método 3 de 3:
Envasar y conservar

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    Envasa los alimentos con el método del baño de agua. El envasado conserva los alimentos en un ambiente libre de aire. Sin aire, no hay forma de que las bacterias crezcan, dando lugar a que los alimentos envasados tengan una duración de 1 a 5 años. La mayoría de las frutas y verduras ácidas se envasan en un baño de agua. Este método de envasado, que es bueno para la mayoría de los alimentos con bastante ácido, consiste en poner los alimentos en tarros, ponerles la tapa y después bajarlos al agua que esté por hervir. Asegúrate de seguir una receta o de consultar alguna página web para conseguir varias ideas de envasado, recetas y videos. Con este método, puedes conservar:
    • mermeladas y gelatinas
    • frutas (melocotones, manzanas, peras, piñas, ciruelas, etc.)
    • salsas
    • tomates
    • chatnis
    • pepinillos
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    Envasa los alimentos con el método de envasado a presión. Esta es la manera que necesitarás para envasar carnes y la mayoría de las verduras, que tienen un bajo contenido de ácidos. Recuerda que si envasas juntos los alimentos con un contenido alto y bajo de ácidos, debes usar este método. Al igual que el método del baño de agua, el envasado a presión consiste en llenar tarros esterilizados con los alimentos que quieras envasar, cerrarlos con las tapas adecuadas y después ponerlos en un envasador a presión con agua hirviendo dentro de él. Después, debes cerrar la tapa y ventilarlo, dejando que cree un vapor por 10 minutos. Al igual que el método del baño de agua, asegúrate de usar una receta. Este método es mejor para los siguientes alimentos:
    • verduras (maíz, judías verdes)
    • sopas y guisos
    • caldos (de verdura y carne)
    • carne
    • aves de corral
    • pescado
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    Prepara encurtidos. El encurtido se refiere a muchos procesos: por lo general, implica la fermentación y el envasado, aunque puede ser solo uno o el otro. El proceso de encurtido usual es para los pepinos e implica envasarlos en una salmuera de vinagre. Este proceso también se puede usar para muchas otras frutas y verduras, incluidas las siguientes:[12]
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    Usa el encurtido natural o el proceso de fermentación. Fermenta los pepinos o la col para preparar encurtidos y chucrut. Ambos se preparan por un proceso de fermentación que por lo general dura 3 semanas. Se les echa sal a las verduras y se ponen en una vasija de encurtido. El agua sale de las verduras a medida que se fermentan, creando un nuevo sabor. Aunque los pepinos también se denominan “pepinillos”, como aquellos envasados en salmuera de vinagre, estos en realidad han sido fermentados para que se puedan conservar.[13]
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