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El pan recién horneado es uno de los mayores placeres simples de la vida, y hacerlo es mucho más fácil de lo que piensas. Puedes hacer tu propio pan francés crujiente, hogazas suaves para sándwiches y panes rápidos deliciosamente dulces como una gran forma de ahorrar dinero y llenar tu casa del maravilloso aroma de productos recién horneados. Cualquiera puede hacer pan con unos cuantos ingredientes simples y un poco de conocimiento técnico.
Pasos
Método 1
Método 1 de 4:
Hacer pan francés básico
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1Reúne los ingredientes. Para este pan francés básico, lo único que necesitas es:
- 6 tazas de harina multipropósito
- 1 cucharadita de sal
- 2 tazas de agua
- 3 cucharaditas o 1 paquete de levadura seca activa
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2Activa la levadura. En una taza o un tazón pequeño, mezcla la levadura con alrededor de 1/4 de taza de agua tibia de 37 a 45 grados Celsius (100 a 110 grados Fahrenheit). La temperatura del agua tiene que ser tibia al tacto, pero no caliente. Si el agua está demasiado caliente, matará a la levadura; si está demasiado fría, no se activará lo suficiente como para hacer que el pan crezca adecuadamente. Debe estar lo suficientemente tibia como para que puedas mantener el dedo en el agua sin que te incomode.
- Después de uno o dos minutos, la mezcla debe comenzar a tomar una textura más gruesa y espumosa, y debe tener un olor muy parecido a la cerveza. Si está espumante y gruesa, la levadura hizo efecto adecuadamente y está lista.
- Si usas levadura instantánea o levadura autoactivada, no tienes que activar la levadura antes de agregarla a la harina. Omite este paso y pasa al siguiente.
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3Mezcla completamente la harina y la sal en un tazón grande. El tazón tiene que ser lo suficientemente grande como para albergar toda la harina y el agua al mismo tiempo y para que puedas mezclarlas cómodamente, de preferencia con una cuchara fuerte de madera. Cuando hayas mezclado los ingredientes secos, también puedes agregar la levadura, ya sea que estés usando la levadura rápida o la mezcla húmeda burbujeante activada. Incorpórala a la harina.
- Alternativamente, puedes mezclar la masa en una batidora eléctrica, siempre y cuando tenga implementado un gancho para amasar. Sin embargo, mezclar la masa es solo una pequeña parte de preparar una hogaza de pan francés, así que generalmente es más fácil simplemente mezclarla a mano. No es necesario usar una batidora, sobre todo porque de todas formas tendrás que ensuciarte las manos.
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4Agrega el agua, mezclando completamente. Lentamente, agrega el agua al tazón con una mano mientras revuelves la harina con la cuchara de madera en la otra mano. Tu objetivo es formar la masa inicial y hacer que todos los ingredientes se junten en una masa trabajable, así que es importante mantener la cuchara en movimiento. Puede ser útil que alguien agregue el agua mientras tú revuelves, o viceversa.
- La cantidad de agua que necesites para hacer la masa puede variar bastante (aunque menos en climas húmedos), pero la conseguirás con un poco de práctica. Agrégala lentamente y revuelve, observando la masa unirse. Apenas el pan comience a tomar forma en el tazón, debes dejar de agregar agua.
- Mete las manos en el tazón (pero primero cúbrelas con un poco de harina) y une la masa. Empuja todos los trozos aislados de masa húmeda contra la bola y comienza a formar la masa básica en el tazón antes de desmoldarla.
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5Saca la masa y colócala sobre una superficie bien enharinada para amasar. Deja que la masa repose por lo menos cinco minutos. En esta etapa, las hebras de gluten están comenzando a formarse, dándole al pan su textura maravillosamente fibrosa. Las hebras se forman independientemente de si amasas o no, así que será más fácil amasar si dejas que el gluten haga su trabajo por unos minutos, facilitándote el trabajo al hacer que el pan tome forma.
- Mientras tanto, puedes limpiar el tazón minuciosamente antes de usarlo para que la masa crezca.
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6Amasa la masa. Amasar la masa inicialmente es el paso más importante de tu preparación. Debes amasarla firme y constantemente por lo menos durante 5 a 10 minutos o hasta que la masa se sienta lisa. La superficie de la masa debe ser suave y verse en su mayoría uniforme, no pegajosa o grumosa. Si parece la superficie escarpada de la luna, sigue amasando, agregando harina según sea necesario.
- Toma un poco de práctica conseguir el movimiento correcto, pero se parece mucho a los consejos del Sr. Miyagi en Karate Kid: poner cera, quitar cera. Debes empujar la masa con fuerza, rodándola lejos de ti y doblándola. No tengas miedo de empujar con fuerza, como si estuvieras tratando de atravesar la masa y tocar la mesa, empujándola hacia adelante y rodándola para darle la vuelta.
- Asegúrate de que tus manos estén bien enharinadas y de que la masa no se esté pegando a la superficie manteniendo una ligera capa espolvoreada de harina tanto en tus manos como en la superficie. Si la masa parece húmeda, espolvorea más harina sobre la superficie de la masa y continúa moviéndola.[1]
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7Deja que la masa crezca durante alrededor de 3 horas. Coloca la masa de regreso en el tazón después de limpiarlo minuciosamente (o por lo menos enjuagarlo) y cúbrela con film de plástico transparente o una toalla. Mantén la masa en un lugar cálido pero no caliente. La temperatura ideal es de alrededor de 21 a 23 grados Celsius (70 a 75 grados Fahrenheit) para que la masa crezca.
- Si hace frío en tu casa o estás horneando en pleno invierno, un buen lugar para dejar crecer la masa es sobre la estufa mientras está apagada, dejando que el piloto cálido controle el crecimiento.
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8Dale puñetazos a la masa, sácala del tazón y vuelve a darle forma. No tienes que amasar la masa por tanto tiempo como lo hiciste antes del primer crecimiento. Dale varias vueltas sobre una superficie enharinada y regrésala al tazón para el segundo crecimiento. Aquí, tu objetivo es simplemente volver a darle a la masa la forma básica con la que empezaste. No tomará mucho tiempo, y la masa debe ser mucho más fácil de trabajar, lisa y suave.[2]
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9Deja que la masa crezca otra vez durante aproximadamente 90 minutos. Las opiniones varían sobre la necesidad de un segundo crecimiento: algunos panaderos lo omiten y pasan directamente a formar hogazas y leudar la masa antes de hornear, mientras que otros prefieren tres crecimientos para una mejor consistencia. El buen pan francés crujiente se distingue por su miga liviana interior, la cual solo obtendrás de muchas burbujas pequeñas que la levadura crea al crecer. Si quieres hacer pan francés "real" y tienes tiempo, deja que la masa crezca dos o tres veces. Si quieres que ese olor a pan caliente y delicioso llene tu cocina inmediatamente, puedes omitirlo. De todas formas saldrá muy bien.
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10Dale a la masa la forma que elijas. Retira la masa del tazón y córtala en cuantas hogazas, bâtards o baguettes distintas quieras hornear. Luego, comienza a extenderlas con un rodillo.
- Para formar miches, corta la masa por la mitad y vuelve a darle la forma de dos bultos redondeados como los que has estado formando. Colócalos en una bandeja espolvoreados con una pequeña cantidad de harina de maíz y cúbrelos.
- Para formar baguettes, corta la masa en 4 porciones iguales y extiéndelas con un rodillo sobre una superficie enharinada hasta que estén largas y delgadas. Tomará varias pasadas con el rodillo para que estén lo suficientemente largas, así que continúa moviéndote desde el centro de la hogaza hacia afuera, extendiéndolas lo más uniformemente posible.
- Para formar bâtards, corta la masa en 4 o 6 porciones y extiéndelas hasta formar baguettes más pequeñas y bajitas. No hay una forma perfecta de extenderlas, y sabrán bien de cualquier forma.
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11Deja que la masa leude por lo menos durante 45 minutos. Después de colocar las hogazas extendidas en las bandejas que planees usar para hornearlas, cúbrelas por lo menos durante 45 minutos y deja que se hinchen un poco otra vez antes de ponerlas en el horno.
- Es habitual realizar cortes en la parte superior de la hogaza con forma de X o tu propio patrón patentado antes de colocarla en el horno. Realiza pequeños cortes a aproximadamente 1,2 cm (media pulgada) de profundidad, espaciados a alrededor de 2,5 cm (1 pulgada) unos de otros para dejar que la masa se hinche uniformemente a medida que se hornea.
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12Hornea a 200 grados Celsius (400 grados Fahrenheit) durante aproximadamente 30 minutos o hasta que la corteza tenga un color marrón dorado. El pan estará listo para salir cuando tenga una buena corteza dorada y la parte inferior esté firme, produciendo un sonido hueco cuando la golpees con los nudillos o con los dedos.
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13Ayuda a crear la corteza del pan con vapor. ¿El secreto para la corteza perfecta? El vapor. Utiliza un atomizador para rociar periódicamente el pan, o rocía el interior del horno con una pequeña cantidad de agua unas cuantas veces durante el horneado para crear una neblina llena de vapor dentro del horno que producirá un exterior crujiente, perfecto para un pan francés.
- Alternativamente, es común colocar en el horno una bandeja con agua sobre una rejilla debajo del pan para dejar que el vapor se forme gradualmente a lo largo del proceso de horneado. Experimenta un poco con tu horno para ver lo que funciona mejor para ti.
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Método 2
Método 2 de 4:
Hacer pan básico para sándwiches
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1Reúne los ingredientes. El pan para sándwiches funciona básicamente con el mismo proceso de preparación que el pan francés, pero con unos cuantos ingredientes más para darle una textura dulce y suave. Se sugerirán agregados o ingredientes alternativos a lo largo del proceso, pero para el pan para sándwiches básico para comenzar, necesitarás:
- 6 tazas de harina (regular o integral)
- 1 taza de agua
- 1 taza de leche
- 2 cucharadas de mantequilla sin sal
- 2 cucharadas de azúcar o miel
- 1 cucharada de sal
- Aceite (opcional)
- 1 huevo, batido (opcional)
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2Activa la levadura. Usando 1 taza de agua tibia de 37 a 45 grados Celsius (100 a 110 grados Fahrenheit), espolvorea la levadura sobre un tazón y cúbrela con agua para dejar que se active.
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3Asa la leche en una cacerola. Calienta la leche rápidamente en la estufa a fuego alto hasta justo antes de que hierva, luego retírala del fuego y agrega la mantequilla y el azúcar, mezclando minuciosamente. No querrás quemar realmente la leche, y ten cuidado de que no hierva, ya que la leche tiende a comenzar a espumar muy rápidamente. Vigílala y retírala del fuego apenas comience a echar vapor. Deja que se enfríe ligeramente antes de agregarla a la levadura.
- Alternativamente, puedes calentar la leche en el microondas y agregar la mantequilla y azúcar cuando esté caliente.[3]
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4Agrega esta mezcla y 1 taza de la harina a un tazón. Bate la mezcla con la batidora eléctrica por 2 minutos a velocidad media. A medida que la masa comience a formarse, continúa agregando gradualmente el resto de la harina, una taza a la vez. Cuando hayas agregado toda la harina, bate a una velocidad mayor por 2 minutos más.
- La cantidad de harina que uses dependerá de la humedad del ambiente, así que vigila la masa y utiliza tu juicio. De la misma forma, trabajar con harina integral es muy diferente; es probable que tengas que usar menos de esta harina para formar la masa. Cuando apenas estés comenzando, puede ser una buena idea usar la mitad de harina integral y la mitad de harina regular para acostumbrarte a la diferencia.
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5Saca la masa del tazón y comienza a amasar. Presiona todas las migajas sobrantes de harina contra la bola de masa y luego coloca el bulto sobre la superficie enharinada para amasar. Continúa amasando hasta que la masa tenga una textura suave y lisa en la superficie que retome su forma original cuando la presiones.
- Alternativamente, puedes amasar la masa en la batidora eléctrica, siempre y cuando tengas un gancho para amasar. Puede ser mucho más fácil con las manos. Amasa la masa en la batidora durante aproximadamente 10 minutos para formar las hebras de gluten que le darán al pan una textura maravillosamente fibrosa.
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6Cubre la bola de masa con aceite y colócala en un tazón aceitado. Esto evita que la superficie se seque y se raje mientras crece; la masa seca se convertirá en bultos desagradables en el pan terminado. Cubre el tazón con un paño de cocina limpio o film de plástico transparente y coloca el tazón en una ubicación cálida (pero no caliente).
- Deja la masa durante alrededor de 90 minutos mientras crece. Debe duplicar aproximadamente su tamaño, o por lo menos hincharse significativamente si usaste mucha harina integral.
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7Dale puñetazos. Golpea la bola de masa con los puños y apriétala hasta que tenga aproximadamente el tamaño con el que empezaste. No tienes que amasarla otra vez, ya que la masa debe estar suave y elástica. Divide la masa en dos partes iguales con un cuchillo de chef o un cuchillo para repostería para formar las hogazas.
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8Extiende las dos hogazas. Sobre la superficie para amasar, extiende la masa con las manos, aplanándola primero para formar una especie de rectángulo alto, luego doblando la parte superior e inferior hacia el centro y apretando la unión para cerrarla. Esto conformará la parte inferior de la hogaza.[4]
- Coloca las hogazas en moldes engrasados y cúbrelas otra vez con el paño para dejar que la masa crezca otra vez durante 30 a 45 minutos mientras limpias la superficie para amasar y precalientas el horno.
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9Hornea el pan a 200 grados Celsius (400 grados Fahrenheit) durante 35 minutos o hasta que se torne marrón dorado. Antes de llevar el pan al horno, haz 3 o 4 hendiduras en la masa de alrededor de 1,2 cm (media pulgada) de profundidad para marcar la superficie, luego cúbrela con el huevo batido o aceite si quieres crear una corteza brillante y crujiente.
- El pan estará listo cuando la parte inferior de la hogaza esté firme y puedas crear un sonido hueco al golpearla con los dedos. Si no estás seguro, retíralo del molde y revisa golpeándolo con los dedos unas cuantas veces. Estará caliente, así que ten cuidado.
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Método 3
Método 3 de 4:Hacer panes rápidos
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1Haz un pan rápido de cerveza. No hay nada más simple que un pan de cerveza caliente, denso y con un delicioso sabor a levadura sin tener que darte el trabajo de dejar que crezca. Simplemente mezcla 3 tazas de harina, media taza de azúcar y una lata de cerveza de 350 ml (12 onzas) en un tazón. Vierte la masa en un molde engrasado para pan, aplica mantequilla derretida con una brocha y hornea a 190 grados Celsius (375 grados Fahrenheit) durante 45 a 50 minutos. Es imposible de arruinar y es un gran acompañamiento para la cena.
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2Prueba un pan de bicarbonato. Los panes de bicarbonato pueden ser dulces o salados, dependiendo de tus gustos y los ingredientes disponibles. Para uno simple, mezcla los ingredientes secos: 4 tazas de harina, cada una con una cucharadita de sal y bicarbonato de sodio, luego agrega varias cucharadas de azúcar (1 si quieres un pan salado y hasta 4 si lo quieres más dulce). Para los ingredientes húmedos, mezcla 2 tazas de leche o suero de mantequilla con cuatro cucharadas de mantequilla derretida y mezcla todo en un tazón. Amasa ligeramente y hornea en un molde engrasado para pan durante aproximadamente una hora a 190 grados Celsius (375 grados Fahrenheit).
- Los agregados comunes pueden ser cáscara de limón o naranja y frutos secos o nueces. Sírvelo cubierto con mermelada o solo.
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3Experimenta con otras recetas. Los panes rápidos limpian los armarios y el refrigerador: agrega lo que tengas y averigua si queda bien. Puede ser una gran forma de usar los ingredientes que estén ocupando espacio. Prueba preparar:
- Pan de calabacín
- Pan de calabaza
- Pan de plátano
- Pan de maíz
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Método 4
Método 4 de 4:Más variedades de pan
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1Haz pan al ajo. El pan al ajo es el favorito de muchas cenas y puede hacerse con diferentes tipos de pan.
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2Haz jalá. Este maravilloso pan con levadura que se consume en las celebraciones judías se parece al brioche, pero es un poco más dulce. Es delicioso con mantequilla y demás cremas para untar.
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3Haz pan afrutado. Estos tipos de pan te dan la oportunidad de ser creativo y darle más sabor al pan. Puedes hacer, por ejemplo, pan de banana, pan de manzana, pan de papaya e incluso pan de mango.
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4Haz pan con espiral de canela. El delicioso pan con espiral de canela goza de mucha popularidad en los meses de invierno y de Navidad. ¡Es fácil de hacer y sabe muy bien también!
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5Haz pan de vegetales. Los panes de vegetales son deliciosos, ¡además de saludables! Puedes hacer, por ejemplo, pan de calabaza, pan de maíz e incluso pan de calabacín verde.
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6Haz croissants. Preparar desde cero estos panecillos franceses con sabor a mantequilla especiales para el desayuno toma mucho tiempo, pero son irresistibles. ¡Tómate el tiempo de comértelos todos!
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7Haz biscuits. Esta es la receta para hacer esos bizcochos americanos caseros calientes y suaves con harina leudante. ¿Estás listo para saborear estas delicias suaves con sabor a mantequilla?
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8Haz pan francés. Ah...una baguette crocante con mantequilla, ¿hay acaso alguna otra mejor delicia culinaria? El pan francés sabe de maravilla cuando sale recién del horno. Cuando empieces a hacerlo en casa, no querrás dejar de hacerlo.Anuncio
Consejos
- Asegúrate de tener los ingredientes correctos. La harina de repostería es demasiado "blanda"; el pan debe ser un poco fibroso. También evita la harina leudante. La harina regular está bien, pero la harina para hacer pan (estará etiquetada como "harina para hacer pan", "harina alta en proteína" o "harina para máquinas de pan") es la mejor: tiene un contenido más alto de gluten, así que responderá mejor al amasarla.
- Lo que uses como líquido cambiará el sabor del pan. La leche y la grasa alimentaria producen un pan blanco liviano. El agua y el aceite de oliva producen un pan italiano más duro. Puedes usar harina integral o regular o una mezcla de ambas (lo más recomendable, ya que la harina integral puede ser muy pesada) o agregar otros granos, salvado, linaza, otras semillas y hierbas, etc. ¡Una vez que sepas cómo hacerlo, puedes inventar cualquier combinación que quieras!
- Panecillos: una receta para una hogaza generalmente producirá una docena de panecillos. Colócalos en una bandeja para horno engrasada a unos cuantos centímetros de separación unos de otros, ya que se hincharán y se tocarán cuando dejes que crezcan la segunda vez.
- Puedes convertir el horno en un lugar cálido para dejar crecer la masa encendiéndolo a fuego bajo por 5 a 10 minutos. Otras opciones son la parte superior de un radiador a una temperatura baja o bajo un fuerte rayo de sol, sobre todo si colocas una tela oscura sobre la masa.
- La "harina para máquinas de pan" es alta en proteína y ayuda a que la levadura forme más gluten, lo que la hace ideal para hacer pan en una máquina o sin ella. Para un pan italiano muy duro y áspero, sustituye un poco de harina "pasta dura" y no uses un molde para pan.
- De forma opcional, aplica leche con una brocha a la parte superior de la hogaza si quieres un acabado blando, o huevo para un brillo fuerte. Si quieres espolvorear algunas semillas u otras cosas en la parte superior del pan, hazlo antes de hornear. Las semillas de amapola, las hojuelas de avena o el ajonjolí quedarán bien.
- Amasa: con la bola de masa frente a ti, coloca la base de las manos sobre la masa y empújala, como si quisieras empujar la masa lejos de ti. Mece las manos hacia atrás y hazlo otra vez. No sueltes la mano derecha: toma el extremo más lejano y dale un cuarto de vuelta a la izquierda, luego dóblalo otra vez sobre sí mismo, coloca la base de las manos sobre la masa otra vez y empuja. La idea es trabajar toda la bola de masa; las vueltas te brindan más masa para amasar.
Advertencias
- Cuando el pan salga del horno, no trates de cortarlo inmediatamente; es probable que aplastes la hogaza, o por lo menos desgarres el suave interior. Se endurecerá en 30 a 60 minutos. Unos cuantos paños de cocina limpios sobre la parte superior del pan lo mantendrán más caliente, pero asegúrate de que el aire pueda circular para que la corteza no se ponga pastosa.